Hemos recorrido ya las zonas de Ilumán y Cotacachi, para documentar las fiestas de cada uno de esos pueblos. Ilumán, es mi otro pueblo, ese que me adoptó desde joven. Cotacachi, es la tierra de grandes amigos indígenas y mestizos, lo disfrutamos y en ese placer del ocio, que te permite disfrutar de la cultura de cada pueblo, recibimos una llamada. Nos invitaban a bajar con la comunidad de Santo Domingo 1 a la toma de la plaza de San Pedro en Cayambe.
Textos y fotografía: Patricio Realpe
Con Olga Abad, mi compañera, y otros amigos fotógrafos y periodistas armamos el viaje. Era volver a fotografiar con mi maestra, Dolores Ochoa, algo que nunca me perdería, y con Juan Pablo Verdesoto, fotógrafo que conocí al otro lado del charco.
Además, esa invitación venía de un nuevo amigo, Luis Salgado, oriundo de Cayambe, con el cual comparto calle en Madrid.
Esa apertura, se origina por el temor a una revuelta de los pueblos de la zona, que luego da origen una de las principales celebraciones de los habitantes indígenas y mestizos. Es una conjunción de dos culturas, la Andina y la Católica, esta última introducida a la fuerza por el colonialismo español, pero que ahora conviven por el arraigo cultural de los dos pueblos que lo celebran. El pueblo indígena, que celebra el Inti Raymi y el mestizo, que celebra la fiesta cristiana de San Pedro en Cayambe.
En la Comunidad de Santo Domingo 1, nos han recibido con un ensueño de paisaje andino, a las faldas del volcán Cayambe, que no se dejó ver, pero que siempre deja sentir su presencia. Con Olga comentamos la belleza de la cromática del paisaje y de los personajes que empezamos a mirar.
Fernanda Ulcuango, Reina de San Domingo 1, nos recibe con una amabilidad y sonrisa típica de la personas andinas. Hay algo que nos impacta a todos, y es su vestimenta, una blusa blanca con el bordado típico de la zona, que también muestra la influencia del bordado español, la falda negra o anaco plisado, con bordado en la parte baja, un sombrero de paño, con una pluma de una de las aves del paraíso y una bellas alpargatas. Todo eso contrasta con el verdor y el color de la tierra y parece jugar con ella.
En Santo Domingo 1, empezamos a retratar la historia, ahí se da el primer baile, con la llegada de una banda de pueblo. Fernanda es quién lleva al gallo capitán, una representación de agradecimiento a lo que la Pachamama nos oferta, y que luego será alimento de los invitados.
El recorrido desde Santo Domingo 1, es largo, cerca de tres kilómetros hasta la plaza de Cayambe. Durante el recorrido y baile, se cantan coplas al santo patrón San Pedro, a las mujeres, a la tierra y sus productos, es una simbiosis entre lo cristiano y lo andino. Ahí está lo mágico de la convivencia que nos enseñan los habitantes de Cayambe.
La fiesta es llena de personajes, payasos, aruchicos, diablumas y huasicamas, que son las mujeres vestidas con unos trajes multicolores, que nos dejan sin saber donde enfocar, y que con su agudo sonido, dan un tono especial a los cánticos de las coplas, algo que nos queda de recuerdo y tarareando alguna de las coplas.
Esa es la conjunción de las culturas, llena de respeto, en esta época de fundamentalismos religiosos, políticos o imposición de temas pseudo intelectuales, que dejan fuera a las tradiciones de los pueblos.
Estudió Diseño Gráfico, Periodismo y Fotografía. Diseñador Gráfico en El Comercio, Ecuador. Asistente Escritor de United Press Internacional. Director de Comunicaciones del Sindicato Nacional de Seguridad Social del Ecuador y de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Editor de Fotografía en la Revista Vanguardia, Ecuador. Fotógrafo independiente para varias agencias de noticias y prensa, incluyendo Associated Press y GettyImages.
Buen trabajo, soy estudiante de Diseño y Publicidad de la comunidad mencionada, además de los bailes tradicionales contamos con muchos lugares turísticos por descubrir, las puertas están abiertas para el próximo año, y con su ayuda lograr hacer conocer al país lo diverso que es nuestra comunidad, gracias y suerte
hermoso reportaje, aunque se queda corto ante la realidad de las fiestas del Inty Raymi.