Raíces: Mi experiencia vivida en España me llevó a encontrarme con la gente de mi generación (1977) que le tocó salir del Ecuador.
Ensayo de fin del curso de Fotoperiodismo, en el EFTI
Si estás emigrando o tratando de hacerlo, seguramente habrán aparecido en tu vida aquellas dudas y temores producto de emprender tan valiente y arriesgada aventura, de echar raíces en otro sitio. Haz empezado a ver que continuar tu vida en un nuevo entorno no siempre es un cuento de hadas. Hay muchos obstáculos en el camino hacia tus metas y por eso necesitas constantemente impulsos motivadores que te empujen hacia delante, y en otros casos la simple necesidad de supervivencia hará su papel.
Esta historia no es ajena a mí. Mi propia familia viene de migrantes en mi país. Mis hermanos han emigrado a otras latitudes por razones personales. Dos décadas han pasado desde que el gran movimiento migratorio de la comunidad ecuatoriana de finales de los años noventa, decidiera su futuro en Europa y particularmente en España, dónde han afincado raíces. Existen miles de ecuatorianos que tienen familiares o conocen a alguien que emigró a España, como producto de la crisis económica local de finales del siglo pasado.
Mi experiencia vivida en España me llevó a encontrarme con la gente de mi generación (1977) que le tocó salir del Ecuador. Las historias fueron variadas pero comunes de alguna manera. Encontré en ellos sosiego y relativa calma, un suspiro de alivio marca todas las dificultades por las que tuvieron que pasar: “si, lo logramos, sufrimos, pero estamos bien..” y en realidad ya no se trata de ellos sino de sus hijos. Muchos echaron raíces en España, y quise explorar el tema de identidad, arraigo, cultura y tradición en esta nueva comunidad en España que no existía, los hispano ecuatorianos. Niños y adolescentes que, o bien nacieron en Ecuador y llegaron a España con pocos años de edad o nacen en este país y que en cualquier caso pasan su infancia y juventud en Europa. Que tienen asimilada la cultura española y se sienten primordialmente españoles –incluso su acento castellano es inconfundible-, pocos son los rasgos culturales de nuestra tan intrínseca “ecuatorianidad” que queda en ellos.
Este ensayo es una búsqueda personal a estas inquietudes. Siento que una parte de mi generación se fue para siempre, pero su descendencia también. En este tiempo descubrí que el dolor de la pérdida de un ser querido no es ajeno a ninguna familia y que algunas tradiciones familiares propias todavía se siguen pasando de generación en generación. Que la ausencia y soledad siguen vigentes. Que los sueños son esperanzas. Que la inocencia es el tesoro más grande que un niño puede tener y que no conoce de prejuicios. Estos chicos saben que sus padres, a pesar de haber venido de tan lejos, algún día querrán volver al país donde nacieron, más ellos no…, Y sin embargo, paradójicamente, siempre habrá en cada hogar (en el nuevo destino), un pequeño rincón o símbolo que guarde en la memoria, el distante hogar de sus padres y abuelos.
Juan Pablo Verdesoto ha viajado extensamente con su cámara para conservar los paisajes, la fauna, la flora y la vida cotidiana de varios países a través de sus fotografías, además de recorrer su país natal Ecuador y las Islas Galápagos de manera integral y a profundidad en los últimos 20 años por motivación personal y por haber sido parte de importantes compañías de viajes.
Ha publicado en medios locales y revistas especializadas como Ñan Magazine, Ecuador Infinito, Terra Incógnita, diario el Universo, Metro News y las prestigiosas revistas internacionales como The Economist 1843 Travel Magazine, World Travel News entre otros medios.