En el Ecuador, se estima que hay alrededor de 2 mil pistas; la ruta de las narcoavionetas que violan el espacio aéreo, cargadas de droga o para abastecerse de la misma, es desde México, pasando por el Departamento de Nariño, al sur de Colombia y de ahí hacia Ecuador por las provincias del perfil costanero, Esmeraldas, Manabí y Guayas. (“ruta de la droga”). En el Gobierno de Rafael Correa se construyeron varias pistas áreas en pequeñas poblaciones, esas pistas áreas no tienen el control por parte de las autoridades ecuatorianas, inclusive en la zona de El Aromo en la provincia de Manabí, existen pequeñas pistas en las que se han accidentados varias narcoavionetas.
Para el control y defensa del espacio aéreo de un país, normalmente cuentan con radares de diferente tipo que sirven para la detección y alarma temprana; un Centro de Control, Comando, Comunicaciones, Inteligencia e Informática (C3I2), en donde se centraliza la información y se dirigen las operaciones, aviones interceptores y armas antiaéreas (misiles tierra-aire, cañones antiaéreos). Lo fundamental en la defensa del espacio aéreo es que los radares proporcionen las alertas inmediatas y oportunas para que, de acuerdo a la amenaza, se tome la decisión más adecuada.
No hay sistema de defensa del espacio aéreo en el mundo que sea inviolable, siempre habrá forma de evadirlo. El 28 de mayo de 1987, Mathias Rust, un joven oeste-alemán, de 19 años, burló la sofisticada defensa aérea soviética y en una pequeña avioneta aterrizó nada menos que en la mismísima Plaza Roja de Moscú, frente al Kremlin. Esta audaz hazaña del joven Rust, desnudó la vulnerabilidad de la defensa aérea soviética; el Ministro de Defensa y el Alto Mando, responsables de este bochornoso incidente, fueron obligados a renunciar.
Vale recordar otras violaciones al espacio aéreo que resultaron trágicas: El 20 de abril de 1978, cerca de la ciudad soviética de Múrmansk, a 30 kilómetros de la frontera con Finlandia; el vuelo 902 de Korean Airlines, violó el espacio aéreo; según informes soviéticos, el piloto del avión intruso no hizo caso a las órdenes de seguir al avión interceptor por lo que recibió la orden de derribarlo, un misil le averió seriamente el ala, obligándole al avión Coreano a aterrizar en un lago congelado, se salvaron milagrosamente 107 pasajeros que fueron rescatados por helicópteros soviéticos.
Otro incidente, el 1 de septiembre de 1983. Un caza de la Fuerza Aérea Soviética cumplió la orden de derribar al avión de la compañía Korean Airlines, vuelo 007, con 240 pasajeros a bordo y 29 tripulantes que, por error, sobrevolaba peligrosamente territorio de la Unión Soviética, directo hacia la flota soviética en el Pacífico, en Vladivostok, con sus submarinos nucleares.
Por casualidad del destino, un avión espía de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos, en los días previos a la tragedia del avión coreano, entraba y salía de territorio soviético en maniobras de reconocimiento para probar la capacidad de los radares de la defensa aérea soviética. Se dice que su señal se confundió con el del avión de Korean Airlines. Los soviéticos habían estado tras la pista del avión espía que confundieron con la nave surcoreana que fue derribada con 169 pasajeros y tripulantes que murieron trágicamente.
Otro ejemplo del uso de la fuerza en caso de violación al espacio aéreo de un país o peligro de ataque de una aeronave; el vuelo 665 de la compañía Irán Air que fue abatido en el golfo Pérsico por dos misiles lanzados por el Crucero lanzamisiles USS Vincennes, el 3 de julio de 1988, muriendo 290 de sus pasajeros. La justificación del comandante del buque fue que el avión comercial iraní lo confundieron con un F-14 de la Fuerza Aérea Iraní que se acercaba a su nave, supuestamente, con intenciones hostiles y que como comandante del buque su primer deber y responsabilidad era proteger a sus hombres y a su buque.
Posteriormente, en 1996, Estados Unidos se vi obligado a pagar 68 millones de dólares como compensación a las víctimas de tan terrible tragedia.
El Convenio de Aviación Civil Internacional, firmado en Chicago en 1944, del cual el Ecuador es signatario, señala, que no existe disposición en el derecho internacional que justifique el uso de la fuerza contra una aeronave civil desarmada, bajo ninguna circunstancia; sin embargo, la legislación internacional, se debe poner a tono con la realidad actual; pequeñas avionetas violan nuestro espacio aéreo, normalmente son de narcotraficantes, algunas de ellas fueron capturadas, otras se han caído y también, otras, han logrado escapar.
En el Ecuador, se estima que hay alrededor de 2 mil pistas; la ruta de las narcoavionetas que violan el espacio aéreo, cargadas de droga o para abastecerse de la misma, es desde México, pasando por el Departamento de Nariño, al sur de Colombia y de ahí hacia Ecuador por las provincias del perfil costanero, Esmeraldas, Manabí y Guayas. (“ruta de la droga”).
Las pistas clandestinas están, en buena parte, en la “ruta de la droga”; la mayoría son pistas pequeñas, artesanales hechas por los nativos de la Amazonía, eso les permite romper el aislamiento, ya que las vías de comunicación son escasas.
Este azote es relativamente reciente. El control marítimo ha hecho que los narcotraficantes utilicen pequeñas aeronaves que vuelan a baja altura, muchas veces, logran burlar el control del espacio aéreo de los países donde operan para negociar la droga, razón suficiente para que a las Fuerzas Armadas se las dote de los medios necesarios para que realicen un control estricto y eficaz de nuestro espacio aéreo.
Coronel del Estado Mayor, catedrático, escritor y analista.