María Vicenta Andrade: El movimiento indígena, aunque siempre hemos buscado y propuesto desde el diálogo, pero sí como siempre no nos escuchan, tendremos que defender los intereses colectivos de pueblos y nacionalidades y de la mayoría de los sectores populares en las calles para ser escuchados y se atiendan nuestras legítimas demandas. Realmente es poco lo que se puede esperar del próximo gobierno.
¿Cómo ves y cómo está el movimiento indígena y social en el Ecuador?
El Movimiento Indígena es un tejido social vivo, que se va recreando permanentemente. Pero al mismo tiempo se sostiene en las raíces de los principios comunitarios que le dieron origen y permitieron el encuentro intercultural de todas las nacionalidades y pueblos que lo conforman, así como a su proyecto político. Dicho proyecto va también actualizándose y repensándose de acuerdo a los aprendizajes que van dejando los distintos momentos históricos vividos.
Durante más de una década hemos sufrido persecución política, despojo de territorios, marcos legales que impiden la autodeterminación de sus comunidades y acoso clientelar a muchos dirigentes para comprar su lealtad y dividir a la organización. Esto sin duda, genera desgastes, debilitamiento. Y en algunos casos hasta de pérdida de rumbo. Sin embargo, en los momentos de más incertidumbre, desde las comunas, desde los territorios, las bases han retomado la conducción. Han promovido siempre una vuelta a los mandatos de los abuelos, de las mamas y los taytas y a los principios orientadores.
Es por eso que, pese a tanta agresión recibida, durante la década correísta fuimos prácticamente la única fuerza movilizada y en resistencia frente a un desarrollismo depredador, autoritario y racista, que afecta a los pueblos y de manera desproporcionada a las mujeres indígenas. Pero así mismo, nunca dejamos de converger con otros sectores populares también golpeados. Como son las y los educadores, con las mujeres de sectores populares urbanos y rurales, los estudiantes, los grupos de ecologistas, sindicatos obreros, entre otros.
Asamblea comunitaria como espacio de consensos
El movimiento indígena tiene una fuerza ética y moral que viene de muy atrás y aflora en los momentos más duros. La Asamblea Comunitaria es el espacio donde se construyen los consensos, los mandatos, las decisiones colectivas. Constituye la fuerza que nos orienta hacia donde ir, es el poder interior que es colectivo, no individual.
La movilización de octubre 2019 es una muestra clara de que no hay represión ni clientelismo que sean más fuertes que un mandato comunitario. Y que no son las y los dirigentes los que disponen, sino los que deben acatar ese mandato y hacerlo cumplir. Tuvimos una intervención importante en la que participamos desde nuestras bases. Y lo hicimos con responsabilidad sin ser parte de actos vandálicos como se nos quiso acusar.
Ese mandato comunitario no se describe en consignas y no solamente se expresa en palabras o discursos, sino que se ejerce y convoca. Además abraza con su fuerza ética a todos los sectores empobrecidos de la sociedad ecuatoriana. El movimiento indígena nace desde los pueblos y nacionalidades, pero desde siempre ha encarnado y defendido las demandas de la sociedad en su conjunto.
Eso, pese a todo lo sufrido, no ha cambiado. Ahora bien, como es un tejido social vivo y en transformación, consideramos que este momento experimenta cambios importantes que pueden enriquecer sus fuerzas internas si colectivamente se lo sabe procesar. Hay un cambio generacional innegable. Las nuevas generaciones reclaman espacio.
Mujeres indígenas en espacios de dirección del movimiento
Hay una clara demanda desde las mujeres de participar en los espacios de dirección del movimiento. Pues siempre hemos sido protagonistas. Estamos presentes en las luchas, en las mingas, en la agricultura, en la comunidad, en la defensa del agua y la lucha por los páramos, selvas y territorios. Somos custodias de los principios ancestrales del ama shwa, ama llulla, ama killa como elementos rectores de la convivencia armónica, de cuidado de la vida. Y también de asegurar que el principio de complementariedad que predicamos se practique de manera efectiva y sentida en todos los espacios.
El movimiento indígena ha identificado que es un tiempo para las lideresas. Es un tiempo de oportunidades para que la mirada de las mujeres indígenas, que busca mantener viva la sabiduría ética ancestral se haga presente en el quehacer de la CONAIE. Y es un tiempo para recuperar la multiplicidad de voces que convoca a la unidad.
¿Cómo miras al nuevo gobierno de Guillermo Lasso y qué temas son los prioritarios por la pandemia y la crisis social y económica?
Las políticas de gobiernos neoliberales y del progresismo conservador, han sido particularmente dañinas para los pueblos y nacionalidades, pero los grupos hegemónicos de poder solo se han alternado en el gobierno, sin dejar de vivir de la riqueza que les produce la explotación de los recursos naturales, que justamente están en los territorios de los pueblos y nacionalidades porque han sido los únicos que los han protegido. Enfrentamos un nuevo ciclo neoliberal que profundizará el monocultivo, el agronegocio y el extractivismo, lo que nos exigirá estar atentos como movimiento indígena frente a posibles actos que busquen limitar nuestras voces y querer someter a sus intereses nuestra lucha histórica.
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La situación es muy compleja para los sectores populares y consideramos que será muy duro para las clases medias que dieron su voto a Lasso, sobre todo, considerando la crisis sanitaria actual y las limitadas oportunidades económicas que tiene la población ecuatoriana en su conjunto.
Sin duda habrá un retorno a políticas como la reducción del Estado, que en otras palabras es volver a los mínimos recursos en Derechos como la salud pública y la educación pública, menos médicos, menos maestros, falta de insumos básicos, deterioro de las infraestructuras. Volvemos a la venta de activos y a las privatizaciones que la lucha del movimiento y las organizaciones sociales logramos parar en la década de los noventa. Entregar el IESS a aseguradoras privadas como en Chile es parte de la agenda. Con esa consigna, lograr programas sostenidos de vacunación, prevención y control del Covid (y otras enfermedades que vendrán), es solo discurso demagógico. Se viene un deterioro serio de la salud del pueblo y un abandono del Estado.
Extractivismo y despojo
Otro tema clave será la profundización del extractivismo y el despojo al que querrán someternos. El nivel de endeudamiento seguirá creciendo, y para ello su principal fuente de ingresos serán las concesiones petroleras y mineras, ya lo han anunciado inclusive. Eso implicará un deterioro grave de las condiciones de vida en los territorios, inseguridad alimentaria, precarización, conflictos socioambientales, que se van a profundizar.
Además insistirán con la firma del TLC con EEUU que tanta lucha nos costó detenerla hace 15 años atrás. Ahora está prácticamente listo todo. Y así como el TLC con la Unión Europea ya está mostrando los impactos terribles en la producción lechera, por ejemplo; los impactos que nos esperan en la producción interna, hasta ahora autosuficiente gracias al campesinado, son preocupantes. Se nos viene inseguridad alimentaria, quiebra de productores, invasión de productos alimentarios desde afuera, control de semillas. Y estos solo por mencionar algunos de los efectos de ese Tratado. Igual de compleja será la pérdida de “competitividad” de la pequeña industria nacional y la quiebra de emprendimientos familiares.
Ya han preparado el terreno, ahí está el incremento del impuesto a los pequeños emprendimientos. Nos encontramos con la ley de semillas aprobada durante el correato. Y ahora tenemos la mal llamada ley de agricultura sustentable que ha sido aprobada en segundo debate en la Asamblea. La soberanía alimentaria está en riesgo igual que el empleo autónomo.
Desempleo y precarización del trabajo
Otro tema crítico es el alto porcentaje desempleo y la legalización de formas de precarización del trabajo.
Un asunto urgente que el movimiento indígena deberá procurar que sus representantes electos con Pachakutik detengan, es la aprobación de la ley de uso progresivo de la fuerza, deberían plantearse reformas a las leyes antipopulares que se aprobaron con Lenin.
Para los pueblos y nacionalidades indígenas los temas prioritarios frente a la pandemia y la consecuente crisis social y económica son, en primer lugar, la defensa y respeto a nuestras tierras y territorio a través de la implementación efectiva de la Consulta previa, libre e informada como lo establece el Convenio 169 de OIT y en línea la Constitución ecuatoriana. También la eliminación de políticas extractivistas que atenten contra la vida, integridad y la existencia de nuestros pueblos y nacionalidades. Asimismo la administración de la justicia indígena, la salud intercultural (medicina ancestral) frente a la pandemia por el COVID 19 y otras enfermedades.
También es prioritario el acceso a los servicios de salud, el fomento de las economías comunitarias, la educación intercultural bilingüe con autonomía y financiamiento. Es importante el acceso a tecnologías de la información y a conectividad para que niñas y niños puedan continuar con sus estudios en el contexto de la pandemia por la Covid 19. Asimismo la generación de oportunidades económicas (medios productivos y de comercialización), y el acceso de oportunidades laborales.
¿Qué modelo debe implementar la CONAIE para activar el tema productivo agro ecológico y anti-minero y anti-extractivo?
La crisis que enfrentaremos golpeará duramente a los sectores campesinos y a los territorios indígenas. Pero una de las respuestas más importantes será persistir en nuestros modos de vida. Eso es lo que ha permitido a los pueblos originarios seguir presentes tras 500 años de saqueo.
La CONAIE deberá promover entre sus bases tres frentes de resistencia:
Productiva:
Hay que gestionar activamente con nuestros gobiernos locales el fomento y revitalización de los centros de acopio y transformación comunitarios y asociativos (molinos, queseras, paneleras, etc.). Ello permitirá que las familias productoras no enfrenten individualmente un mercado y un marco legal que las deja vulnerables. Estos espacios deberían recibir la inversión pública local, el apoyo para que puedan ser las principales compradoras y transformadoras de la producción familiar.
Hay que exigir que se apliquen las ordenanzas de fomento agroecológico. Será importante que en los territorios, se compre y transforme los productos localmente producidos, se compre insumos locales. Las queseras que compren la leche del centro de acopio, el gobierno local que compren el queso local. Si una asociación produce semillas y plántulas, la organización agroecológica le compre esas semillas y plántulas. Hay que redoblar esfuerzos a través de los medios comunitarios para promover el consumo responsable, que prefiera el producto campesino. Tejer alianzas con las cooperativas para generar líneas de crédito que favorezcan la producción agroecológica. Es fundamental que el dinero que se produce en un territorio se quede en el propio territorio lo más posible.
El tema organizativo:
Tenemos que retomar con fuerza los liderazgos colectivos. Es fundamental que se respeten las decisiones tomadas en asambleas y congresos. Esto no es nuevo para los pueblos y nacionalidades indígenas. Solo debemos volver la mirada a lo comunitario, recuperar el Ayllu para una conducción colectiva de la CONAIE. Más que nunca antes, la CONAIE debe apoyar a las comunidades afectadas por la minería, la explotación petrolera, el agronegocio. Debe tejer alianzas con otras organizaciones y redes locales para que no queden aisladas, sean visibilizadas. Que su producción agrícola, sus iniciativas de turismo, sus emprendimientos encuentren apoyo de los gobiernos locales y de mercados solidarios.
Lo legal:
Hay que promover reformas que liberen la producción campesina de todos los requerimientos e impedimentos para una producción y comercialización autónoma. Como siempre, la CONAIE debe mantener informadas a las bases de las decisiones que se toman desde el gobierno. Más ahora que tenemos un bloque importante de Pachakutik en la Asamblea. Además, hacer uso de todas las herramientas e instrumentos de derechos humanos para exigir del Estado como garante, su pleno cumplimiento.
Resistencia y Lucha:
El movimiento indígena, aunque siempre hemos buscado y propuesto desde el diálogo, pero si como siempre no nos escuchan, tendremos que defender los intereses colectivos de pueblos y nacionalidades y de la mayoría de los sectores populares en las calles para ser escuchados y se atiendan nuestras legítimas demandas. Realmente es poco lo que se puede esperar del próximo gobierno.
Estudios en Economía con especialización en trabajo con organizaciones de desarrollo y sociales. Content Manager en Masquemedicos, portal especializado en salud en España, Ecuador, Chile, Colombia, México y Venezuela. Experta en formulación y gestión de proyectos sociales y en investigación social y movimiento indígena. Proyectos más relevantes coordinados: Los pueblos indígenas del Ecuador protagonistas en la construcción de un nuevo modelo de país. CONAIE. Estado Plurinacional Y Buen Vivir: Debate y Construcción en la Región Sierra del Ecuador. ICCI, Instituto Científico de Culturas Indígenas. Mujeres indígenas y campesinas trabajando por la soberanía alimentaria. Asamblea de Unidad Cantonal de Cotacachi.