Las Luminarias, un acto de purificación en el que participan los jinetes, conocidos como “bartolos” y unos hermosos caballos cada 16 de enero, en honor a San Antonio Abad, patrón de los animales. El acto se llevaba a cabo en el pueblo de San Bartolomé de Pinares, en la provincia de Ávila a dos horas de la capital española Madrid.
Al comienzo de las Luminarias, el recorrido pasa por las estrechas calles típicas de los pueblos españoles, para pasar a través del fuego con sus caballos, la Fiesta que hemos retratado es del inicio del 2016 y esperamos volver en el 2017.
Además con mis compañeros de viaje comentamos que nos faltó hacer algo. En lo personal, me hubiese gustado quedarme a probar los famosos chuletones de Ávila, que preparaban frente a las casas y amanecer con el calor de la hoguera en el pueblo.
Creo que busco algo que me haga recordar las noches y madrugadas con mis amigos frente al volcán “mama Tungurahua” en mi país Ecuador.
“Las Luminarias”, además son una tradición religiosa y popular, que data del siglo XVIII, teniendo su origen en la necesidad que existía en aquellas épocas de que los animales gozasen de buena salud.
Por esa razón, era algo fundamental para la subsistencia de las familias, y de que se librasen de las frecuentes epidemias, como la peste, muy común en esas épocas. La tradición es un símbolo de purificación, de salud y de privación de la enfermedad.
puede leer LAS LUMINARIAS DE SAN BARTOLOMÉ DE PINARES
También los jinetes de San Bartolomé, se encargan de aparejar a los caballos, recogiendo sus crines y colas, evitando así que se quemen, al pasar por las hogueras, formadas de ramos de pino, piornos o jaras, que han recogido los aldeanos la víspera. Suele haber alrededor de 20 hogueras en el pueblo.
En San Bartolomé de Pinares, la fiesta empieza a las 19.30 h con la misa de las vísperas de San Antón. El mayordomo de la fiesta y los “jurados” comprueban que se están encendiendo las luminarias u hogueras y que todo se encuentre listo para el inicio del recorrido.
A las 21h, con las hogueras encendidas y con la bendición del cura, comienzan a saltar los jinetes con sus caballos, dando inicio a la fiesta de las luminarias.
Por otro lado, las escenas que uno capta en la comarca, nos recuerdan a las viejas películas del oeste americano que Hollywood retrataba, también a las de la serie Westworld, en la que, el armar un parque de distracción, en el que se complace la ficción y la visión de los visitantes o los que participan en la fiesta de purificación o a las propagandas del mundo de Marlboro, en la que se mostraba una cierta libertad.
Pero en San Bartolomé de Pinares, lo mágico de la comunión entre el Jinete y la Bestia, supera todo expectativa o ilusión de ver sortear las hogueras, para purificar el cuerpo de todos los presentes.
Al final, los ramos encandecidos son rociados con agua, formando parte de su purificación, echando también más humo, que impregna todo el pueblo, y se escucha el “¡¡Ya huele a humo¡¡¡”, que es un rito entre lo pagano y lo judeo cristiano de la cultura hispánica.
Estudió Diseño Gráfico, Periodismo y Fotografía. Diseñador Gráfico en El Comercio, Ecuador. Asistente Escritor de United Press Internacional. Director de Comunicaciones del Sindicato Nacional de Seguridad Social del Ecuador y de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Editor de Fotografía en la Revista Vanguardia, Ecuador. Fotógrafo independiente para varias agencias de noticias y prensa, incluyendo Associated Press y GettyImages.