Los hechos criminales y corruptos imputables al susodicho ex caudillo de la ex izquierda no terminan aquí. Hay policías que están detenidos y otros perseguidos y acusados por el escándalo del 30´S, sin manera de que salgan. En esta persecución actuó al unísono la intriga del gobernante, la ceguera del hombre armado y la concupiscencia del letrado, con el inestimable apoyo del aparato de propaganda cuyo cerebro gris tarda en ser enjuiciado.
Marco Villarruel Acosta
Las noticias de crónica roja tradicional se hallan en crisis. Los espacios son disputados por las narraciones que de todas partes vienen y que son protagonizadas por los corruptos que asaltaron el poder por magia de la demagogia y del hurto abusivo de las doctrinas de la izquierda.
Comencemos por comentar la resolución de la Corte Constitucional del Ecuador que derogó las enmiendas que en su tiempo aprobó. Un escándalo moral total porque nadie sabe qué mismo piensa este grupo de compadres de Rafael Correa que, además, se halla bajo investigación por habérsele sorprendido manejando cantidades de dinero de manera inusual. Dediquémosles esta frase del cómico Groucho Marx: “Estos son mis principios, y si no les gusta, tengo otros”. Algo así como cuando el ex Presidente acudió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para implorar medidas de protección, luego de que durante años denigró y apostrofó contra ella.
Hay ruido en el sórdido mundo del ex presidente por las escenas de espionaje y crimen. No se trata ya únicamente de juzgarle por la desastrosa conducción económica, sino por su presunto involucramiento en el crimen de un ex general de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, acción punible que fuera denunciada hace cinco años y que unos fiscales, jueces y militares, se encargaron de archivar bajo siete llaves. Hoy, este cabecilla está a un pelo de ser arrestado, por lo pronto ha sido llamado a declarar aunque sabemos que dirá que no recuerda, que se olvidó, que no sabe, tal como lo han hecho sus lugartenientes.
Ahora se conoce que el secuestro del ex asambleísta Fernando Balda fue planificado en los sofás presidenciales y en las cómodas oficinas del Servicio de Inteligencia (Senain). El proceso, como en las novelas de Simenon, Sherlock Holmes, James Bond o Javier Vásconez, estuvo aderezado con viajes, coimas, abundante dinero, mujeres espías, y también delatores y arrepentidos. Los entendidos dicen que es muy probable que por esta novela real sea también llamado a declarar el odiador compulsivo.
Los hechos criminales y corruptos imputables al susodicho ex caudillo de la ex izquierda no terminan aquí. Hay policías que están detenidos y otros perseguidos y acusados por el escándalo del 30´S, sin manera de que salgan. En esta persecución actuó al unísono la intriga del gobernante, la ceguera del hombre armado y la concupiscencia del letrado, con el inestimable apoyo del aparato de propaganda cuyo cerebro gris tarda en ser enjuiciado.
No es acaso propio del hampa lo que pasó con el dirigente shuar José Tendetza? La inmensidad de la selva y la red de intereses mineros y políticos están detrás de este crimen que también amenaza a los corruptos que impulsaron la máquina de la muerte.
No les ha ido nada bien a los que se comieron los cheques o a los que escondían los billetes en alacenas, armarios y cajones. La maldición de alias “Carlitos” les perseguirá por el resto de su vida.
Y hay cosas horribles. Por ejemplo la certeza con la que declaró el presidente Lenín Moreno en Bogotá: “La verdad es que parece que en el Gobierno anterior hubo un acuerdo tácito para dejar transitar libremente en el norte del Ecuador las sustancias estupefacientes”. Las sustancias no caminan solas, es decir son transportadas por personas y por tanto quiso decir que los acuerdos eran con las personas, con los narcos.
Y la crónica roja, que tanto seduce a “Carlitos”, se recrea de tanto en tanto, con las imágenes de las caravanas de autos de las que se apea para amenazar a adolescentes, a músicos, a mujeres y a personas de la calle que solamente querían demostrar su fastidio con este Bokassa criollo. La escenas de violencia nunca cesaron y por sí no recordemos a los Diez de Luluncoto o Guadalupe Llori, Prefecta de Orellana, que también permaneció presa acusada de terrorismo y sabotaje, los mismos cargos que usó para detener a los 4 de Latacunga o a los estudiantes del Colegio Mejía.
La larga mano de la justicia, un poco lenta, ha alcanzado ya a Fernando Alvarado. Ahora debe llevar grilletes y no ha disimulado su abatimiento mientras es inculpado de una lista de gastos no legales dentro del mundo del Estado de Propaganda que crearon en la era del nunca-jamás correista.
Y para acompañar internacionalmente el desbanque de la maquinaria corrupta del Ecuador viene desde la Argentina el desopilante espectáculo de Oscar Centeno que anotaba con el arte de un escribano todos y cada uno de los pagos que industriales, comerciantes, constructores hacían en las oficinas, departamentos y palacios de los Kirchner. Era el segundo capítulo de esa historia que comenzó cuando José López, ex Secretario de Obras Públicas, hombre de absoluta confianza de los K, lanzaba sacos de dinero en los patios de un convento de monjas para que lo escondan hasta que él pueda retirarlos.
Pero la saga del crimen no abandonará nunca a Correa, ni en Bélgica donde quiso hacer una sapada sorprendiendo a las autoridades mintiendo sobre la presunta agresión del periodista Ramiro Cueva. Quiso meter la mano en la justicia belga pero la maldición le siguió hasta allí porque ha sido llamado a declarar nuevamente y ya no habrá país donde se pueda esconder, aunque como salvavidas haya sido nombrado editor de la agencia transnacional de comentarios CELAG.
Sabemos que el drama continuará, que mañana los titulares hablarán nuevamente de las fechorías de aquellos que con “mentes lúcidas y corazones ardientes” engañaron al pueblo con fraseología populista.
Seguimos difundiendo aquello en lo que creemos y por lo que siempre hemos luchado, los derechos del movimiento indígena, de las mujeres o warmis, de los grupos LGTBI, de los trabajadores y los derechos de cuidar a la naturaleza.
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