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LA VIDA EN LOS HOSPITALES

La vida en los Hospitales, al ser Médico involucra una entrega de tiempo y en cierto modo hasta de la propia  vida, porque día a día nos preparamos para luego transmitir nuestro aprendizaje en beneficio de los demás; pero esto conlleva estudio, análisis, aplicación y un sin número de aptitudes que nos disponen para enfrentarnos a la enfermedad y hasta la misma muerte. Cuando estás en la Facultad  te involucras poco a poco y a medida que aprendes tratamientos, también aprendes a pasar más tiempo entre pacientes, reparando sus males mientras la vida sigue.  

En el sistema ecuatoriano de salud, la vida en los hospitales de los médicos y enfermeros obliga a cumplir horarios desgastantes poniendo las labores médicas de especialidad a la par de cualquier otro empleo.
En el sistema ecuatoriano de salud, la vida en los hospitales de los médicos y enfermeros obliga a cumplir horarios desgastantes poniendo las labores médicas de especialidad a la par de cualquier otro empleo. @Franklin Jácome/Agencia Press South

En los hospitales en donde cientos de médicos se forman para reconfortar y salvar vidas el trabajo no es fácil,  pues al tiempo que pasamos allí, vemos varios casos que requieren concentración, atención y cuidado, Además de aprendizaje continuo sumado a la necesidad de permanecer involucrados no solo durante el tiempo de turno, sino también seguir investigando fuera de él las posibles causas y tratamientos de todos los males. Lo cuál quieras o no va de la mano de un desgaste en varias esferas.

Pero en cierto modo nos acostumbramos a este ritmo de vida e inclusive quienes nos rodean y conviven con nosotros se acostumbran a él. Todo esto justificado por sentir una pasión por lo que hacemos.

PERO LA CULPA ES MIA POR NO RENUNCIAR Y SEGUIR SIENDO PARTE DEL SISTEMA.

EL SISTEMA

Y así como apasionante puede ser la medicina, por otro lado el sistema de salud puede ocasionar  severos deterioros tanto físicos como mentales; sometidos a un régimen laboral caduco que valora más la cantidad de pacientes antes que la calidad de su atención. Que obliga a cumplir horarios desgastantes, poniendo las labores médicas de especialidad a la par de cualquier otro empleo y con la misma carga horaria sin reconocimiento de horas extras, noches, feriados o fines de semana.

La situación de la salud pública en el Ecuador está en decadencia, hemos llegado al punto en  que la gente renuncia en pro de salvaguardar su propia salud mental porque se sienten acosados por los jefes de distintos servicios.

PERO LA CULPA ES MIA POR NO RENUNCIAR Y SEGUIR SIENDO PARTE DEL SISTEMA.

No podemos culpar a los gobiernos anteriores ni al actual,  con sistemas mal administrados, jefes de servicio y directores de área reciclados.
No podemos culpar a los gobiernos anteriores ni al actual,  con sistemas mal administrados, jefes de servicio y directores de área reciclados. @Franklin Jácome/Agencia Press South

LAS AUTORIDADES

Con mis 45 años, pertenezco a un grupo de profesionales de salud que respetábamos a nuestros superiores y veíamos a ellos como nuestros padres ejemplares en la medicina, en cierta época esos médicos de gran experiencia fueron tratados como artefactos que se dan de baja porque entran en desuso y en cierta medida el aprendizaje se vio truncado pues con la finalidad de mantener personal “joven” en las instituciones de salud, nuestros maestros fueron despedidos en forma masiva; el primer cambio radical se notó cuando las jefaturas de servicio fueron asumidas por personal sin experiencia y desde entonces no ha mejorado.

No podemos culpar a los gobiernos anteriores ni al actual,  con sistemas mal administrados, jefes de servicio y directores de área reciclados. Sí, reciclados porque cambian entre sí en distintas áreas administrativas y técnicas, direcciones y jefaturas;  pasando de un hospital a otro pensando que son los mejores cuando en lo único que son buenos es en generar malestar para los  trabajadores transformando ambientes laborales caóticos y asfixiantes sin insumos.

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Donde no te permiten hablar por temor al quedarte sin trabajo, con la amenaza de perder el sustento para tu familia. Y somos los médicos operativos quienes ponemos la cara, no sólo para afrontar el problema “enfermedad” que es para lo que nos formamos; ahora también ponemos la cara para disculparnos por algo que sale de nuestras manos como la falta de personal, de especialistas, de medicamentos e insumos. Mientras las autoridades brillan por su ausencia.

Muchos se han arriesgado a salir, con gran miedo al éxito o al fracaso pero me alegro por ellos, porque a pesar de todo lo consiguieron y algunos con los que he hablado aún no logran la estabilidad económica que tenían antes pero es indudable la paz que han encontrado al salir del sistema vicioso que nos mantiene atados. Pero me doy cuenta que estoy en una relación laboral tóxica  que me va cobrando cada día más de lo que estoy dispuesta a pagar.

PERO LA CULPA ES MIA POR NO RENUNCIAR Y SEGUIR SIENDO PARTE DEL SISTEMA.

somos los médicos operativos quienes ponemos la cara, no sólo para afrontar el problema “enfermedad” que es para lo que nos formamos
Somos los médicos operativos quienes ponemos la cara, no sólo para afrontar el problema “enfermedad” que es para lo que nos formamos. @Franklin Jácome/Agencia Press South

LAS VIVENCIAS

A lo largo de mi carrera he brindado la alegría de la llegada de un nuevo ser a una familia, o de dar a conocer que un ser querido seguirá compartiendo con los suyos. He sido portadora de muchas buenas y malas noticias como parte de la vida misma. Durante estos años me han agradecido, me han abrazado y en ocasiones incluso me han amenazado pues no todos reciben el informe de  la enfermedad o la muerte de la misma manera.

Los rincones de las salas de hospitales  guardan varios secretos; esos muros han sido el soporte de muchas lágrimas, a veces de familiares y otras del mismo personal. Pero últimamente  esas paredes son testigos silentes de la incompetencia administrativa. Es inaceptable como podemos dar atención a pacientes sin los recursos necesarios, sin equipos para ventilar, para suturar, para administrar medicación y que decir de la misma medicación pues últimamente he tenido que contemplar a pacientes convulsionando porque no cuento con medicamentos apropiados para aliviar sus crisis. Llegamos a un punto de quiebre donde todo lo aprendido queda en los exámenes escritos que alguna vez tuvimos que rendir en la Universidad.

Como si no fuera suficiente desde hace algunos años cambiaron las leyes  en el Ecuador, llegando al punto de criminalizar esta noble profesión. Sólo a Dios le rendiré mis cuentas y espero no ir al infierno por esto, por no renunciar y seguir siendo parte de este sistema decadente cuyo nudo de horca se ajustó hace rato alrededor de mi cuello.

PERO LA CULPA ES MIA POR NO RENUNCIAR Y SEGUIR SIENDO PARTE DEL SISTEMA.

Es inaceptable como podemos dar atención a pacientes sin los recursos necesarios, sin equipos para ventilar, para suturar, para administrar medicación y que decir de la misma medicación pues últimamente he tenido que contemplar a pacientes convulsionando porque no cuento con medicamentos apropiados para aliviar sus crisis.
Es inaceptable como podemos dar atención a pacientes sin los recursos necesarios, sin equipos para ventilar, para suturar, para administrar medicación y que decir de la misma medicación pues últimamente he tenido que contemplar a pacientes convulsionando porque no cuento con medicamentos apropiados para aliviar sus crisis.

Y … ¿Si soy culpable, por qué no renuncio?

  1. Porque me debo a la gente y debo ayudar a los demás por esto que llevo implícito en mis venas llamado vocación.
  2. Porque es lo que aprendí a hacer y lo hago bien.
  3. Porque es mi obligación moral retribuir con enseñanza a las nuevas generaciones.
  4. Porque para muchos soy la mentora de sus propios sueños.
  5. Porque necesito pagar el pan y el techo para mis hijos.
  6. Porque cada día es un aprendizaje nuevo.
  7. Porque me gusta y me apasiona curar y dar esperanzas de vida.

Podría mencionar más, pero todo seguirá igual.

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