Narcotráfico: Al analizar la situación que se vive en la frontera norte de Ecuador, hay que tomar en cuenta los 600 kilómetros la extensión del cordón fronterizo con Colombia. Los departamentos de Nariño y Putumayo de Colombia hacen frontera con las provincias de Esmeraldas, de clima tropical y de vegetación exuberante; Carchi, de clima altiplano, frío y Sucumbios, con una selva tropical y húmeda.
Por desgracia el cordón fronterizo, ha sido un sector olvidado por los gobiernos, se dice que el Estado llega tarde, mal o nunca. Las tres provincias del Ecuador por su orografía y vegetación son de difícil tránsito, a esto se suma el abandono del poder central; las vías de acceso son incipientes, no hay apoyo a los habitantes y agricultores y campesinos de esas provincias. En Colombia, el departamento de Putumayo es el principal productor de cocaína, ahí están los mayores cultivos de plantaciones de hoja de coca y amapola, la mayoría de laboratorios de procesamiento de la droga.
Si bien, se firmó la paz entre el gobierno colombiano y los subversivos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ( FARC) -paz bajo fuego- hay un grupo importante de disidentes que no plegaron a la dejación de las armas ya que resulta imposible que dejen el negocio de las drogas que les deja ingentes ganancias; a esto se suman las «desmovilizadas» Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), más conocidas como paramilitares, que formaron organizaciones delictivas que viven del chantaje, secuestro, extorsión, de la minería ilegal y del narcotráfico. A estas organizaciones se suman las bandas criminales, conocidas como BANCRIN y los subversivos de Ejército de Liberación Nacional, ELN.
Se conoce que todos estos grupos tienen contacto y negocian con los carteles mexicanos y otras mafias de Rusia, China, Italia, España etc. El Ecuador ha quedado en la indefensión en los 10 años de gobierno de Rafael Correa; Correa se dedicó a confrontar con las Fuerzas Armadas, al no poder cooptarlas para alinearlas en su proyecto político, hermanado con el castro-chavismo, como miembro de la Alianza Bolivariana (ALBA), las debilitó.
El FOL (las siglas en inglés), es decir el grupo de avanzada de militares norteamericanos, que mediante convenio firmado en 1999 con el gobierno de Jamil Mahuad; se les otorgaba facilidades para que puedan operar desde la Base Aérea de Manta para el control del Narcotráfico de los países centroamericanos y del Pacífico, especialmente de los narco subversivos colombianos. Correa, no reanudó el convenio y dio por terminada la presencia de los militares norteamericanos en 2009. Lo grave de esta decisión es que Correa no tenía una alternativa para suplir el trabajo de los militares norteamericanos; tampoco tuvimos radares para la alerta temprana y nuestro espacio aéreo fue violado por avionetas proveniente, especialmente de los carteles mexicanos. Ahora, nuestro país es un centro de acopio y exportación de la droga, no hay semana que no se capture por cientos y por toneladas, especialmente de cocaína y de marihuana.
A todo esto se suma el mandato constitucional del llamado de la «ciudadanía universal», es decir, que de acuerdo a esta disposición se daba todas las facilidades a cualquier ciudadano para el libre ingreso a nuestro territorio, eso permitió el “lavado de identidad”.
En cuanto a la inteligencia militar y policial, estas fueron desarticuladas a raíz del ataque a Angostura por parte de fuerzas militares colombianas, ahí estaba ubicado el campamento ocupado por el subversivo colombiano Raúl Reyes, segundo en el mando de las FARC, ubicado en territorio ecuatoriano a dos kilómetros de la frontera colombiana. En ese ataque murieron Reyes y una veintena de subversivos, está acción propició la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, situación que no se dio con el Perú, en la Guerra del Cenepa en 1995; las relaciones se reanudaron después de dos años, tiempo que no hubo contacto para el intercambio de información militar y policial con sus pares colombianos como se hacía periódicamente en el Comité Binacional Fronterizo (COMBIFRON).
Cabe señalar que la desarticulación de la inteligencia militar y policial se dio luego del ataque a Angostura, ya señalado, en marzo 1ero. de 2008, lo que le permitió a Correa crear la Secretaría Nacional de Inteligencia (SENAIN), organización que se dedicó, no a cumplir su misión, sino a perseguir a quienes Correa señalaba como sus adversarios, la SENAIN se convirtió en una especie de Stasi criolla.
Este es el panorama en el que se enfrenta Ecuador en la frontera norte con Colombia. Los esfuerzos que realizan las sacrificadas Fuerzas Armadas ecuatorianas son loables, pero carecen de los medios necesarios. Hay que recalcar las advertencias hechas por las Fuerzas Armadas y que constan en el llamado Libro Blanco publicado en 2006, es decir, el libro en donde se establecen las Políticas de la Defensa Nacional del Ecuador, documento que jamás Correa le dio importancia igual sus Ministros de Defensa. «En la actualidad, (2006) las amenazas a la seguridad más significativas son aquellas que se derivan del riesgo de extensión de situaciones de violencia más allá de las fronteras, con acciones de fuerza provenientes de grupos ilegales armados; y, con diverso grado de incidencia, el narcotráfico, el tráfico ilícito de armas, el crimen organizado transnacional y el terrorismo».
Además, en el mismo Libro Blanco, nos advierte: “El Ecuador ratifica la irrestricta decisión de hacer respetar la soberanía nacional y garantizar la inviolabilidad del territorio ecuatoriano; consecuente con el principio de no intervención, reitera la firme voluntad de no involucrarse en los asuntos internos de Colombia, según las políticas establecidas por el Consejo de Seguridad Nacional; lo que, en el ámbito de la defensa, se traduce en la no participación en operaciones militares coordinadas, conjuntas ni combinadas con las fuerzas militares de Colombia”.
Con advertencia de los narco-subversivos a través del coche-bomba estallado en las inmediaciones del cuartel policial en la población de San Lorenzo, provincia de Esmeraldas, lo que hemos hecho es reaccionar y no accionar como debería hacer un Estado que debe estar listo y preparado permanentemente para solventar cualquier agresión a la seguridad y que altere la paz social.
Coronel (r) Alberto Molina FloreS
Coronel del Estado Mayor, catedrático, escritor y analista.