Aún así, en Ecuador no han tardado en llenarse las calles de estudiantes, gremios, sindicatos y ciudadanía, en protesta por las medidas del gobierno de Moreno. Los ex – coidearios del presidente Moreno, aún fervientes aliados de Rafael Correa, intentan pescar a río revuelto y amenazan con plantear la destitución por la vía legislativa, a la vez que se auto proclaman adalides de la protesta social.
Nicolás Maquiavelo, entre las recomendaciones de su célebre obra “El Príncipe”, aconsejaba a los gobernantes dar las noticias malas de una sola vez mientras que las buenas de a poco, por goteo. La idea es que, si de todas formas el pueblo odiará al gobernante, es mejor que lo haga una sola vez, y que, en cambio, tengan siempre motivos para quererlo. Algo así como el dicho popular “un solo dolor”. Pero Maquiavelo estaba equivocado.
El presidente Lenin Moreno ha decretado una serie de medidas económicas y lo ha hecho siguiendo los principios del florentino: todas las malas noticias de golpe. De hecho, ha hecho algo mejor. Su vicepresidente ha anunciado la semana pasada que se darían las medidas económicas y que el pueblo ecuatoriano sabrá comprender.
Inmediatamente corrieron rumores sobre toda clase de medidas, principalmente la subida del IVA del 12 al 15%. Sin embargo, cuando finalmente salieron las medidas, los rumores se disiparon. La realidad era que las medidas incluyen principalmente la eliminación de subsidios a combustibles, eliminación del pago anticipado del impuesto a la renta, la “donación” de 1 día de sueldo mensual por un año de los trabajadores del sector público, la baja de salarios en un 20% en las renovaciones contractuales, y la reducción de 30 a 15 días de vacaciones también para trabajadores públicos.
Aún así, en Ecuador no han tardado en llenarse las calles de estudiantes, gremios, sindicatos y ciudadanía, en protesta por las medidas del gobierno. Esto a la vez acompañado por disturbios y saqueos en algunas ciudades. Moreno no pudo evitar el descontrol y la crisis política a tal punto que hace pocas horas tuvo que declarar el Estado de emergencia en todo el país por 60 días. En este escenario, no solo los gremios de transporte (que se presentan como los más afectados por las medidas) han tratado de sacar ventajas. Los ex – coidearios del presidente Moreno, aún fervientes aliados de Rafael Correa, intentan pescar a río revuelto y amenazan con plantear la destitución por la vía legislativa, a la vez que se auto proclaman adalides de la protesta social.
Las medidas económicas deben entenderse también en un contexto global de precarización y flexibilización del trabajo. En países como España, la regulación del empleo permite que las empresas reduzcan el salario a los trabajadores bajo ciertas condiciones. Además de ello, se conoce que las medidas económicas forman parte de un acuerdo para obtener nuevamente crédito del Fondo Monetario Internacional, las cuales implican eliminación de subsidios y demás medidas de reducción de gasto social y público.
Moreno ha confiado demasiado en los sectores de la población que muestran aceptación y acuerdo con las medidas. A diferencia de veces anteriores, buena parte de la clase media acepta que el subsidio a los combustibles genera una desproporción de los precios reales de otros productos, lo que a su vez termina siendo un costo asumido por el pago de impuestos de toda la población. Además, ha intentado apelar a este sector con campañas en redes sociales que apuntan la necesidad de este tipo de medidas para el crecimiento económico del país, como por ejemplo la etiqueta en Twitter #DecididosACrecer. Sin embargo, las clases populares, los estudiantes, y los gremios organizados, han recordado sus luchas históricas y han desempolvado las viejas zapatillas para salir a la calle a protestar por lo que consideran sus derechos.
En la política actual, no es una buena idea dar las malas noticias todas juntas. Los gobernantes, sobre todo los incompetentes, no tienen claro que a veces tan solo una chispa puede encender el fuego guardado durante años de represión y silencio. Peor aún, en la política actual, los gobernantes se equivocan cuando creen que pueden edulcorar los agravios a la ciudadanía con campañas bonachonas en redes sociales. Maquiavelo se equivocaba, y Moreno también.
Doctor en Estado de Derecho y Gobernanza Global por la Universidad de Salamanca. Es psicólogo político y está interesado en el comportamiento político, tanto de la ciudadanía como de las élites. Actualmente también desempeña labores como asistente e investigador en Flacso España.
Quito, Ecuador
Felicitaciones por sus pisicion frente a lo que ocurre en el pais que se desangra dia a dia por la.conduccion de.unos.cuantos titeres de la.derecha…