Democracia: ¿cuántos crímenes se cometen y se cometerán en tu nombre? Invocan la democracia como el pleno poder del pueblo, y mientras resulta inocultable a los ojos del mundo la inmensa movilización popular que se ha convertido en un estallido social en contra de las medidas del FMI, el gobierno democrático de Lenin Moreno no lo escucha, intensifica la represión militar y policial que viola los derechos humanos, suma oficialmente más víctimas mortales, decenas de heridos y un millar de detenidos.
José Luis Bedón Andrade
Acorralado por una sorpresiva, multitudinaria y vigorosa protesta social que lucha, desde el jueves 3 de octubre de 2019, por la derogatoria del decreto ejecutivo que eliminó el subsidio de los combustibles[1] y otras medidas tributarias y anti laborales dictadas por el FMI, el presidente Lenin Moreno huyó de Quito (la capital ecuatoriana) a instancias de la masiva presencia indígena y el rechazo generalizado de la población capitalina y de todo el país al más duro paquetazo neoliberal, que ningún gobernante antes se había atrevido a tomar y que con testarudez – y mediante cadena de radio y televisión- reiteró que no derogará.
Con más cobardía que precaución y a pretexto de su seguridad el irresponsable mandatario escapó de sus mandantes y ha instalado temporalmente la sede del gobierno en la portuaria ciudad de Guayaquil, sede de la más rancia y conservadora oligarquía que controla el país.
Con una derrumbada desaprobación a su gestión que bordea el 85%, según una encuesta realizada a fines de julio[2]a la población ecuatoriana, el ex correligionario de Rafael Correa y primer binomio vicepresidencial de este por el Movimiento Alianza País, busca en la cálida ciudad a orillas del manso Guayas el resguardo de sus aliados neoliberales: los derechistas partidos socialcristiano-madera de guerrero y CREO.
Casi enseguida y a modo de bienvenida a Moreno, el líder cantonal, ex alcalde de Guayaquil y presidenciable para las elecciones de 2020, Jaime Nebot, ha jugado con cálculo electoral a su favor y como viejo zorro politiquero que es, ha dicho intentando desconocer el inmenso grito de descontento nacional y rechazo popular que se manifiesta en las calles contra las medidas que: “Los peores de todos son los mercenarios y los vándalos que quieren asesinar la democracia en el país, eso no se puede tolerar”.
Tanta es la intolerancia regional y separatista de Nebot que con anticipación a una marcha de más de 20 mil indígenas que pretendían llegar a Guayaquil, el lunes 7 de octubre, para demostrar su descontento con las medidas hambreadoras, ordenó a su coidearia alcaldesa de la ciudad, en coordinación con la gobernación y la prefectura de la provincia, bloquear el puente que paradójicamente lleva el nombre de: “Unidad Nacional”, con volquetas, policías y fuerzas armadas para evitar el ingreso del descontento plebeyo: indígena-campesino, productor de los alimentos que dan de comer a los habitantes de dicha metrópoli, cuyas autoridades le niegan el derecho democrático a expresar su descontento.
Más bien el gobierno cantonal socialcristiano desvía y confunden la protesta social, convocando a una contra marcha para rechazar a los indios, a quienes responsabiliza por haber impedido las fiestas octubrinas de independencia, sin aprender ni interiorizar que la ciudad de Guayaquil en aquellos tiempos rompía los lazos con la opresión colonial del imperio español, el imperio de aquel tiempo en 1820.
Pero Nebot y la oligarquía guayaquileña sólo son capaces de “golpear con el puño cerrado en el plexo mortalmente” y castigar los intereses del pueblo con un manifiesto trasfondo separatista y fascista como ha dicho en el discurso octubrino, la tarde del 9 en el Malecón de Guayaquil, luego de que la represión gubernamental le abriera las calles que minutos antes ocupaba la verdadera protesta y descontento social, para la concentración blanqueada de miles de ciudadanos engañados sobre los que también caerá la tragedia de los incrementos de precios cuando el cachorro de Febres Cordero, el “insolente recadero de la oligarquía”, se haya bajado de la tarima y haya concluido su discurso violento y cargado de odio contra el pueblo y sus luchas.
Demostrando que las clases dominantes encontraron el mejor pretexto para respaldar pública y vergonzosamente el más letal paquetazo del Fondo Monetario Internacional, rechazan la lucha popular y arman el discurso de la defensa del mayor fetiche de la burguesía liberal: la Democracia Burguesa y sus instituciones, cuyo urdido argumento se complementa con el pretexto deslegitimador del gobierno, que pretende adjudicar la protesta social como una maniobra del correísmo, dándole un injusto protagonismo a su ex jefe verde flex e identificando la lucha social con sus perversos intereses.
Nebot y las élites han puesto su grito en el cielo en defensa de su sistema político supuestamente democrático y amenazado por el fantasma de Correa, sumando en contra de los manifestantes populares el calificativo de “mercenarios”, a los ya dichos por Moreno, sus ministros y secretarios que los motejó de: “zánganos”, “vándalos”, “delincuentes”, “criminales”, “contrabandistas”, “narcotraficantes”.
Sólo el sinsabores de Otto Sonnen…, Vicepresidente no electo e impuesto por las mismas élites se atrevió a incluir el calificativo de “terroristas” contra los manifestantes, tal y como acostumbraba llamar Correa a los miembros del movimiento indígena y social, a los que también criminalizó, persiguió y judicializó, sin escuchar sus demandas.
La intensidad del rechazo popular a las medidas ha rebasado y desbordado la capacidad de contención de la fuerza pública y los propios límites de la organización social, cuya dirigencia timorata, domesticada y esclerótica se hallaba negociando por debajo de la mesa jefaturas y espacios burocráticos, ayudando a recopilar firmas para restringir la participación popular, jugando a la Democracia representativa burguesa y por supuesto sin atreverse a proponer una Democracia Directa, de amplia participación popular, que tome decisiones sobre la economía ecuatoriana, las políticas de endeudamiento externo y sus condiciones, por sobre sus mandatarios que se llenan la boca diciendo que no existen otras alternativas a las medidas y echan la culpa de haberlas tomado a los traficantes de combustibles, contrabandistas y narcotraficantes vía incremento de los precios del diésel y las gasolinas en un 120%, como un pretexto adicional. A estas instancias la presunta democracia ni siquiera permite el pataleo de la moribunda economía popular y mucho menos que adopte o sea parte de las decisiones que tienen que ver con la vida y el bienestar de millones de ecuatorianos sumidos en la miseria.
“La Democracia no va a caer en las calles de Guayaquil y mucho menos en el mes de Octubre”[3] a secundado la alcaldesa socialcristiana Cynthia Viteri, con tono desafiante, regionalista y hasta racista. Se caía de este modo -ahí mismo en plena rueda de prensa- la careta de la supuesta oposición de los líderes socialcristianos a las medidas económicas. Ahora dicen que van contra el caos, y prometen arrastrar a Guayaquil por la defensa del orden y la Democracia, “incluso combatiendo en la calles si fuera necesario” a dicho Nebot, desdiciendo los motivos de la paralización popular que vive el país por culpa de las medidas.
Por ello convocan a un sector de la población guayaquileña, posibles beneficiarios de las condonaciones de deudas que hizo el gobierno por 4.200 millones de dólares en 2018, y a élites a quienes no perjudican las medidas.
Convocaron también a una población mayoritariamente despolitizada tras décadas de administración municipal a una contra marcha y concentración supuestamente a favor de la “Paz y la Democracia”, a contracorriente de la convocatoria de la CONAIE, el FUT y el Frente Popular a la Huelga Nacional que arrancó este 9 de octubre.
Con similar énfasis y objetivo el banquero candidato, Guillermo Lasso, dueño del banco de Guayaquil y representante de otro sector de la derecha guayaquileña ha llamado también a defender el “orden y la libertad”. Lo mismo intentan articular mediante manifiesto pero con menor convocatoria los ex alcaldes de Quito encabezados por Paco Moncayo, aupando minúsculas concentraciones racistas, en la Av. de los Shirys, que se reconocen como anti indígenas a pretexto de defender la democracia de supuestas pretensiones desestabilizadoras.
De igual manera los gobiernos del fascista Bolsonaro, el fondomonetarista Macri, el guerrerista Duque y otros cuatro de similar facha y empatía con el imperio dicen respaldar la democracia que estaría en peligro en el Ecuador de Moreno.
Democracia: ¿cuántos crímenes se cometen y se cometerán en tu nombre? Invocan la democracia como el pleno poder del pueblo, y mientras resulta inocultable a los ojos del mundo la inmensa movilización popular que se ha convertido en un estallido social en contra de las medidas del FMI, el gobierno democrático de Lenin Moreno no lo escucha, intensifica la represión militar y policial que viola los derechos humanos, suma oficialmente más víctimas mortales, decenas de heridos y un millar de detenidos.
La democracia no aparece por ninguna parte, el gobierno en apariencia modera su discurso, llama al diálogo pero al mismo tiempo intensifica la violencia del Estado y sostiene tercamente la eliminación de los subsidios respaldandose en el apoyo de las élites oligárquicas insensibles al dolor popular, incapaces incluso de comprender que la lumpenización social que provoca los saqueos y los robos masivos responden también en última instancia al perverso sistema capitalista de explotación y exclusión mediante masivos grupos humanos de desempleados y desplazados por el hambre.
El
“príncipe” y los de arriba deben saber que cuando sus acciones les proporcionan
la fama de hombres inferiores se han hecho con el odio de los humildes que son
la mayoría. La crueldad represiva y el
engaño con que sofocan el descontento y violentan los derechos humanos de masas
enteras de población inconforme les pueden valer su ruina, ya sea que deroguen
o que se vayan porque no tendrán remedio en la adversidad[4].
[1] Excepto todavía el gas de consumo doméstico, que se mantiene congelado desde 2002 tras un levantamiento de la CONAIE durante el gobierno de Ricardo Noboa.
[2] https://www.hispantv.com/noticias/ecuador/434300/sondeo-popularidad-gestion-lenin-moreno
[3] https://www.youtube.com/watch?v=HeASbtqXEOg
[4] Maquiavelo Nicolás, El Príncipe, obras inmortales, Editorial Bedout, Bogotá, 1986.
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