La antigua estrategia del Caballo de Troya, hábilmente la quisieron emplear los partidos Unión por la Esperanza (UNES) y el Social Cristiano (PSC). Ambas, agrupaciones políticas que anteriormente ya habían conseguido unirse políticamente con varios propósitos noc sancto. Por ello podríamos decir que no era ninguna novedad.
Coronel (r) Alberto Molina Flores
“Según la Mitología Clásica, los griegos se valieron de la estratagema del caballo para conquistar Troya después de diez años de asedio. Atenea le indicó a Ulises que construyera un enorme caballo de madera e introdujera dentro a sus mejores soldados. Luego lo abandonarían en la costa como ofrenda al dios Poseidón, para que los troyanos lo recogieran y lo introdujeran en su ciudad. Una vez dormidos, los griegos saldrían del interior del caballo y tomarían la ciudad, abriendo las puertas al resto del ejército. Esta expresión designa que una acción o cosa ha sido utilizada de forma engañosa para conseguir un fin”.
La antigua estrategia del Caballo de Troya, hábilmente la quisieron emplear los partidos Unión por la Esperanza (UNES) y el Social Cristiano (PSC). Ambas, agrupaciones políticas que anteriormente ya habían conseguido unirse políticamente con varios propósitos noc sancto. Podríamos decir que no era ninguna novedad.
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Uno de los temas que salió a la luz para que se consolide la entente UNES, PSC y CREO, era la conformación de una comisión de la verdad que permita revisar las sentencias contra el expresidente Rafael Correa en el caso “Sobornos”. Esto ya lo había advertido Correa y declaró que no aceptaría el indulto. Vivísimo, a sabiendas que la legislación vigente no lo permitía. De acuerdo a los juristas, a Correa y al resto de los sentenciados les quedaba interponer el recurso de revisión. Recurso que podía interponerse en cualquier momento. Una de las razones para que los jueces declaren la inocencia es: “Si la sentencia se ha dictado con base en documentación o testigos falsos o de informes periciales maliciosos o errados”, eso era factible reorganizando la Corte Nacional de Justicia.
Crear una comisión de la verdad en la legislatura, no era cosa nueva. El entonces candidato Andrés Arauz propuso en campaña, la creación de una comisión de la verdad para investigar “la corrupción y reparto, la violación de derechos humanos y el abuso de la fuerza en octubre, así como las arbitrariedades del Trujillato”.
El día de la instalación de la Asamblea, varias asambleístas se refirieron a dicha comisión. La lógica era “por qué tener miedo a la verdad” o “anteriormente ya hubo comisiones de la verdad”. Parecía que todo ya estaba cocinado, pero como se dice en el argot popular: “en la puerta del horno se quema el pan”. Guillermo Lasso a última hora no aprobó que se consolide una alianza contra natura.
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Volviendo a la campaña de la segunda vuelta, la expectativa ciudadana era inmensa. El candidato correísta Andrés Arauz, parecía que se alzaba con la victoria. Pese a los riesgos de la pandemia, ahí surgieron organizaciones ciudadanas, con el propósito de salvar la democracia. Gente sin ninguna bandería política se dedicó convencer a los indecisos, a los pobres que habían sido seducidos por las ofertas del dinero fácil, haciendo trabajo de hormiga, silencioso y eficaz. Nadie quería que vuelva y se repita la nefasta presencia del totalitarismo, del abuso, de la corrupción, de la impunidad, de la represión, del control de la justicia, de la mordaza a la prensa. Esta estrategia espontánea por la libertad y la democracia tuvo un efecto multiplicador, los resultados ya son historia.
El triunfo de Guillermo Lasso le dio al país un halo de tranquilidad. Ahora le espera al nuevo presidente la dura tarea de reflotar a un país, que como un barco hace agua por los cuatro costados. Es decir, que se encuentra al borde del hundimiento. Felizmente el futuro mandatario se ha pronunciado con mensajes esperanzadores que abrigan fe en un pueblo desencantado y cansado de promesas huecas de los políticos de siempre.
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La lección que queda, bien asimilada por Guillermo Lasso, es que hay que escuchar a la opinión pública que le dijo que no es posible pactar con los que buscan impunidad, con los que humillaron al país, con los que persiguieron a la prensa libre y a los que no estaban de acuerdo con la corrupción y la impunidad, con socios del terrorismo y el narcotráfico y con los que no creen en la democracia, la justicia y la paz.
Ahora, el presidente Lasso tiene que empeñarse en cumplir con los ofrecimientos de campaña y afianzar un gran apoyo ciudadano. Felizmente el ardid del Caballo de Troya, les falló.
Coronel del Estado Mayor, catedrático, escritor y analista.