Hacer un viaje corto fuera de la ciudad para ‘comer rico’ fue el objetivo. Desde hace algún tiempo estábamos antojados de la colada morada* y solo en Ambato se puede disfrutarla los 365 días del año. No lo pensamos mucho, el sábado era un buen día, nuestras agendas estaban en sincronía, así que nos fuimos con la consiga de hacer un tour gastronómico en esta ciudad de la provincia de Tungurahua.
Salimos de Quito, una hora y media después llegamos a Ambato. La primera parada fue en el Mercado Central, donde nos indican que en el segundo piso está lo que buscamos. La mezcla de olores de los distintos platos es la mejor señal que estamos en el lugar correcto. Hay muchos puestos de comida, uno tras otro, eso si cada uno son su nombre: Los llapingachos de Doña Merceditas, los caldos y sopas de Doña Conchita, Don Enrique también, según dice su letrero, ofrece los mejores llapingachos. Pero hay muchos más: el de Doña Marthita, Doña Blanquita, Doña Marinita, Doña Etelvina, Doña Florcita. Los platos: mote con chicharón, hornado, fritada, ceviches… Se ven y huelen delicioso, pero queríamos lo ‘típico’ de esta ciudad: los llapingachos con el famoso chorizo ambateño.
Así que nos decidimos por las tortillas y el chorizo de Doña Vicky. “Doble porción de chorizo, por favor”, y estuvo delicioso. Los sabores distintos, bueno distintos a los cotidianos, nunca hacen mal. Todo lo contrario son un deleite, y hay que reconocer que el chorizo ambateño tiene algo especial, es suave, crujiente… Un aliño secreto dicen, cuando uno pregunta qué es lo que le da esa consistencia. Y bueno con las tortillas y el huevo frito, la combinación es perfecta. Acompañamos nuestro plato con los jugos de fruta que preparan ese momento en todos los mercados de Ecuador.
A pesar de que ver tanta comida rica que nos tienta a seguir probando los platos, no nos desviamos de nuestro objetivo y de la idea inicial de este tour gastronómico: beber la colada morada. Por un error geográfico, de percepción, de ubicación, de despiste mío, llegamos a la parroquia de Quisapincha, que está a unos 40 minutos del mercado, incluido el tráfico de sábado, que por cierto en Ambato ya se siente.
En Quisapincha no contamos con suerte. No había nada para probar y tampoco era un buen día para comprar, pues no hubo feria para encontrar los característicos artículos de cuero (chompas, carteras, bolsos, zapatos, entre otros) en gran variedad.
Llegamos allí porque pensé que el sitio donde venden la colada morada estaba llegando a ese poblado, pero no fue así, está ubicado en otra parroquia cercana llamada Pinllo. A unas dos o tres casas del cementerio está el famoso local. Recuerdo que desde niña, en los paseos familiares, íbamos a ese lugar. Era una casa y su dueña vendía ahí mismo su colada morada con empanadas de queso. La pedíamos y generalmente la tomábamos en la calle o en el carro. Vuelvo muchos años después y ahora es un lugar grande y con muchas mesas.
La colada morada sigue siendo deliciosa, se nota el sabor de antaño, hecho con la harina negra sin nada de químicos. Ahora generalmente no usan esa harina y ponen maicena… y bueno el sabor es totalmente distinto. Las empanadas de queso artesanales… mmm, huelen muy bien, pero hay más variedad de panes, todos se ven ricos, difícil tomar una decisión. Una vez que cumplimos nuestro objetivo, no podíamos irnos sin comer las famosas gallinas de Pinllo. Un restaurante tras otro ofrece en unas dos cuadras las gallinas. Todos estaban repletos, así que nos decidimos por uno, en cuyo rótulo decía “Aquí nació la tradición”. Conseguimos mesa con suerte, y bueno entre el ruido de tanta gente, niños corriendo, unos cantantes y gritos de ‘Viva la cumpleañera’, comimos nuestra gallina hornada con papas y salsa de maní. Es complicado describir el sabor al probarlo, pero se nota la diferencia cuando la preparación casera, y eso lo hace inigualable. Este plato recuerda a la sazón de la abuelita, esa que no se encuentra en cualquier restaurante.
La salsa espesa hecha con leche, maní tostado, cebollitas sazonada con sal y pimienta, y con el toque final de huevo cocinado cortado en pedacitos es el complemente ideal para las papas cocinadas. Un ‘manjar’ como se suele calificar algo súper rico. Tanto que solo de recordar el sabor me dan ganas de volver, se me hace agua la boca…
Salimos de Pinllo y 10 minutos después estábamos, de nuevo, en Ambato para dar una vuelta. Estábamos llenos y dijimos “caminemos por el centro de la ciudad”. En eso recordamos que el ponche suizo nació en Ambato, y bueno para el postre siempre hay espacio.
En una panadería del centro lo encontramos y nos sentamos a disfrutarlo. Es complicado describir al ponche suizo, es una bebida espumosa, espesa, que no tiene huevo y harina, eso hace que llame más la atención porque por su consistencia parece que tuviera huevo batido. Es como una espumilla muy delicada. Su receta es un secreto muy bien guardado. En la década de los 60 Serafín Viera llegó de Suiza y tuvo la idea de vender este ponche. Se convirtió en un negocio familiar y su postre en uno de los platos tradicionales de la ciudad de y del Ecuador. Hay que tomarlo con cuchara y según nos recomendaron es mejor si se lo acompaña con algún pastel. Lo hicimos con un pie de piña y bueno, estuvo genial.
Muy llenos, pero satisfechos decidimos regresar a Quito, ya era tarde y además más comida no hubiera sido buena para nuestros estómagos, pues a medida que caminábamos seguíamos viendo delicias. Nos quedaron pendientes las empanadas de coco y los helados de paila, y para probarlos por supuesto que regresaremos pronto.
*Colada morada: bebida típica de Ecuador que se prepara con harina de maíz negro la cual le da su consistencia espesa (en su lugar muchas personas usan almidón de maíz [maicena]), frutas como la naranjilla, piña, mora y mortiño (arándano silvestre del páramo andino) que acentúa el color por el cual esta bebida lleva el nombre, así también lleva una serie de hierbas aromáticas y cortezas como la canela y otras especias dulces.
Me inicié en el periodismo escrito en 2003. He sido parte de varios medios ecuatorianos, al principio, escribiendo noticias y temas económicos para los diarios Hoy y Expreso. Luego fui a El Comercio como parte del equipo de la revista juvenil Xona. Nuevamente regresé al diario Hoy, donde fui editora Internacional. Trabajé en diario La Hora, en la redacción digital como Community Manager.
Me gradué de Licenciada en Comunicación en la Universidad Católica de Quito. Tengo una maestría en Periodismo Digital por la Universidad de las Américas (UDLA). Tengo poca experiencia en fotografía, pero trato de mejorar con cada toma que hago, porque es otra de las cosas que me encanta hacer. Actualmente hago periodismo digital y marketing.