La violencia de género a veces está más cerca de lo que uno cree. Camila se sentó a mi lado y simplemente decidió sincerarse. Tiene 32 años, pero hace 4 años tuvo su “capítulo oscuro”. Así lo llama ella. Estaba 2 años con su novio, les iba bien, pero a su familia no le gustaba él: “decían que no era para mí, pero yo creía lo contrario”, en una de esas “guerras familiares” a causa de él, ella hizo sus maletas y se fue con Carlos. Él vivía solo. Ella estaba súper contenta de disfrutar de su pareja sin oposición.
Le dolía haber salido así de su casa, pero estaba decidida a “luchar” por su gran amor. Ahora que han pasado 48 meses, no recuerda muchas cosas, no sabe a qué momento las cosas se salieron de sus manos. Él llegó una noche tomado y simplemente la pegó, le sacó en cara alguna pelea anterior, le sacó en cara que no entendía el porqué su familia no le aceptaba. Ella, al otro día, hizo sus maletas y estaba decidida a irse, pero bastó una llamada de él pidiendo disculpas, llorando incluso. Ella desistió y se quedó.
puede leer: EL FEMICIDIO CAPITALISTA Y CONTEMPORÁNEO
A partir de ese momento, Camila estuvo consciente que lo que pasó después fue absolutamente responsabilidad suya. La vida seguía y su relación de pareja se deterioraba, se quedó embarazada y no dudo ni un segundo en abortar: “de todas las decisiones equivocadas que tomé, esa fue la única acertada en ese momento. Imagínate yo vivía un maltrato y siempre pensé: esto me banco yo, pero un hijo mío jamás”. Carlos, que sí quería el bebé, se volvió más violento tras la decisión de Camila. Por ejemplo, si dicutían en el auto: él le daba codazos para que se calle, tan fuertes que le dejaban morados los brazos, además que ya no tenían intimidad “él ya no me tocaba y eso me angustiaba mucho”.
Camila toma su jugo tranquila, me dice muy segura, ahora, que no sabe las razones que tuvo para no irse. “ Era una extraña sensación entre miedo de enfrentar a mi familia y decir me equivoque y también miedo a perder al hombre que yo creía amaba”. La gota que derramó el vaso fue una noche cuando la volvió a pegar, pero esta vez fue muy fuerte, en el estómago varios puñetazos una violencia de género al extremo. Ella se tapaba la cara y él “se me burlaba, me decía: qué no quieres que te dañe tu carita”. Dejó pasar un par de días a que se calmen las cosas, hizo sus maletas y se despidió de Carlos, él esta vez dejó que se vaya “creo que en el fondo sabía que ya no había solución para nosotros”.
puede leer: FEMICIDIO: «NI UNA MÁS»
Por otro lado, Camilia es lo que diríamos una “niña bien”, de buena familia, profesional, linda. Asegura estar curada y libre. Luego de 4 años digamos que su caso se ha cerrado, pero lamentablemente no se cierra para la sociedad y para nosotras las mujeres que somos tan vulnerables a la violencia de género en cada rincón de Ecuador. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 60,6% de las mujeres ha vivido algún tipo de violencia.
Simplemente está más cerca de lo que uno cree… basta solo con indagar un poquito más, o capaz ni eso, solo basta con ser menos indiferente, observar y escuchar. Luego de mi conversación con Camila, hace pocos días, estuve en la peluquería, y mientras esperaba mi turno, la chica sentada a mi lado conversaba con su amiga. Le decía: ya , tú eres la culpable porque te dejas. La otra, con rostro triste, dijo: pero él me quiere, yo sé que me quiere solo está confundido, ya le pasará y vamos a estar bien.
Y la otra chica, un poco desesperada y haciendo esfuerzos por no alzar su voz respondió: no te entiendo, sabes que te está “cuerneando” y te dejas, insisto es tú culpa todo.
Llegó mi turno y no las vi más, al igual que Camilia eran dos chicas “bien”. Para mi sorpresa, a Teresa le tocó hacerme las uñas esta ocasión, no la había visto antes, pero empezó a conversar conmigo, hacerme preguntas habituales como para que los 40 minutos que dura el manicure sea agradable.
El maltrato está en todo lado ¿Quién no tiene una conocida o una amiga o una familiar que no haya vivido agresiones de todo tipo?
De repente me preguntó ¿Es casada? Le dije que no y enseguida se le llenaron los ojos de lágrimas. Me dijo con voz entrecortada: esa la mejor decisión, son tan groseros los hombres, que mejor es estar sin ellos. No supe qué hacer y decir, opte por quedarme callada. Después de unos minutos de silencio me dijo: es una lotería tener un hombre bueno al lado de uno.
Luego de contarme su historia, Camila me comentó que una amiga suya también sufre maltrato físico. Lamentablemente ella no ha podido liberarse. Camila ha tratado de ayudarle, le ha recomendado que haga una terapia, le ha presentado otros chicos, le escucha y le aconseja; pero simplemente para Beatriz no es fácil dar el siguiente paso.
Como no puede hacer mucho más, en un afán desesperado de protegerla, lo único que le ha pedido a Beatriz es que por favor le diga todo el tiempo dónde va a estar. Le da miedo que en un arrebato de iras, este hombre la viole o que la mate, pues no solo la golpea, sino que también la amenaza y le tiene psicológicamente acabada. Una de cada cuatro mujeres en Ecuador sufre violencia sexual, según cifras del INEC.
En lo que vamos de 2017, según la Fiscalía de Ecuador se han registrado 449 casos de muertes violentas, de esas 50 están siendo investigadas como femicidio, aunque la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu) dice que son 80.
¿ A qué se debe? No sé, pero si es claro que son tendencias que se van acomodando en la sociedad y pasan de generación en generación. Lamentablemente la violencia de género se ha convertido en un etiqueta en el mundo entero.
Europa tiene muchos casos de violencia de género
En España 800 mujeres han sido asesinadas por sus parejas en los últimos 15 años, según cifras del Ministerio del Interior, citadas por el diario El País. Mientras que, la primera macroencuesta europea sobre violencia machista realizada en 2014 reveló que en Europa 13 millones de mujeres experimentaron violencia física, 3,7 millones sufrieron violencia sexual y 9 millones acoso sexual ese año.
Ese estudio establece además que los países con más casos de violencia de género son Dinamarca con el 52% de mujeres que han sufrido violencia física o sexual, le sigue Finlandia con el 47%, Suecia con 46%, Francia y Reino Unido con un 44% cada uno.
La violencia contra las mujeres en América latina
América Latina en 2014, según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de las Naciones Unidas, 2.089 mujeres fueron víctimas de femicidio, siendo Honduras la nación con el mayor número de casos, 531 en total. En el Salvador de enero a septiembre de 2016 se registraron 407 asesinatos de mujeres. En República Dominicana se registraron 93 en 2014 y 77 en 2015, según cifras de la Procuraduría General de la República, citadas por la cadena BBC.
Otros países con altos índices son Argentina y Guatemala con más de 200 femicidios cada uno en el año 2014.
En pleno siglo XXI estamos hablando de muertes de mujeres a causa del machismo, a causa de desigualdades, pero hay más tela por cortar, en pleno siglo XXI aunque no en todas las empresas e instituciones, todavía hay hombres que ganan más que las mujeres por las mismas actividades. De acuerdo con un informe de ONU Mujeres, “en la mayoría de los países, las mujeres en promedio ganan solo entre el 60% y el 75% del salario de los hombres”.
El machismo en Ecuador
En Ecuador, según el INEC, una mujer gana en promedio $277, mientras que un hombre $354. En cargos directivos una mujer gana $9.000, mientras que el hombre puede llegar a los $11.000. Según la Organización Mundial del Trabajo, en el año 2015 la brecha salarial en Ecuador fue del 20%.
Y aún hay más… vivimos en medio de un machismo que se ve reflejado en conversaciones comunes. Todavía hay hombres que al momento que una mujer habla o tienen que dirigirse a ella prefieren no verla a los ojos, y encima dudan de sus palabras y criterio. Eso ya es una forma de maltrato. A ratos me da la impresión que se piensa que no lo es porque no hay golpes de por medio y no es así.
Maltrato es la indiferencia, es establecer desigualdades salariales, es celar, es morbosear en la calle o en los buses, es dudar de las capacidades deportivas cuando las mujeres practican los deportes que dicen son solo de hombres, es dudar de su experiencia laboral, de sus capacidades y es juzgarla por su forma de vestir, pensar o actuar.
Las mismas mujeres nos maltratamos entre nosotras al juzgar a otras como Camila o Beatriz. Considero que el maltrato existe hasta que uno lo permite, pero nadie está en lo zapatos de nadie para hacer los típicos comentarios como “que tonta”.
puedes leer: ¿POR QUÉ LEGALIZAR EL ABORTO POR VIOLACIÓN?
Cuando le pregunte a Camilia por qué se quedó tanto tiempo (6 meses de maltratos) , me respondió: “ Vane, es fácil decir me pega y se acaba todo, pero hasta que te pasa, cuando te pasa eso, tu perspectiva del mundo cambia, te da miedo, iras, te sientes culpable, porque solo ahora entiendo que el perfil de un hombre pegador primero te acaba tu psiquis, tu autoestima, entonces sabes que no te mereces eso, que no es tú lugar, pero como tienes culpa quieres remediar, quieres que te quieran bien”.
puede leer: JESSICA JARAMILLO: UNA MUJER QUE APRENDIÓ A SOBREVIVIR
En base a este resultado, y tomando en cuenta que el 69% de la mujeres de la provincia de Pichincha han sido víctimas de algún tipo de violencia, sea económica, psicológica, sexual, patrimonial, física o administrativa, en 2014 se creó el programa SOS Mujeres, cuyo fin es garantizar los derechos de las mujeres y empoderarlas. No solo se les brinda ayuda psicológica, atención legal, sino que además se les capacita para que constituyan su propio emprendimiento y se conviertan en microempresarias.
¿Es justo? Claro que no lo es, responde la viceprefecta de Pichincha, Marcela Costales, quien asegura que estudios realizados por la Viceprefectura determinaron que las mujeres se quedan con su agresor por miedo, pero principalmente por temas económicos.
El primer paso, según la viceprefecta, es lograr que la mujer se sienta tan bella, tan completa, tan últil que pueda utilizar todos los mecanismos para salvaguardar su vida. Gracias un convenio con la Junta Nacional del Artesano, pueden ser capacitadas en 132 modalidades artesanales: gastronomía, chocolatería, belleza, costura.
Este programa cubre todo el territorio de Pichincha y debido a sus resultados ahora está en 12 provincias ecuatorianas trabajando de la mano con las viceprefecturas, gobernaciones u organizaciones de mujeres que han solicitado su cobertura. Incluso ha traspasado las fronteras y ha llegado a Piura, en Perú.
En Pichincha se empezó con 200 mujeres, ahora son 16.000 y sumando con las otras provincias ya son más de 30.0000.
puede leer: ¡SOMOS MUJERES, NO SOMOS DELINCUENTES…!
Costales dice que es básica la educación en el hogar para erradicar la violencia de género, sin embargo, en las escuela y colegios se debe ir consolidadndo el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, por lo que el Ministerio de Educación apoya a que este programa, a través de talleres, entre en los planteles educativos para evitar el acoso escolar y las violaciones de menores en sus hogares.
La meta es que en 2019, cuando termine el periodo de Costales las cifras se hayan reducido en unos 10 puntos.
El presidente Lenín Moreno ha sido claro que en su gobierno se tomarán las acciones necesarias para bajar los índices de la violencia de género, esperemos por el bien de todos que así sea.
*Camila me pidió que cambie su nombre y el de su amiga en el relato y así lo hice.
Me inicié en el periodismo escrito en 2003. He sido parte de varios medios ecuatorianos, al principio, escribiendo noticias y temas económicos para los diarios Hoy y Expreso. Luego fui a El Comercio como parte del equipo de la revista juvenil Xona. Nuevamente regresé al diario Hoy, donde fui editora Internacional. Trabajé en diario La Hora, en la redacción digital como Community Manager.
Me gradué de Licenciada en Comunicación en la Universidad Católica de Quito. Tengo una maestría en Periodismo Digital por la Universidad de las Américas (UDLA). Tengo poca experiencia en fotografía, pero trato de mejorar con cada toma que hago, porque es otra de las cosas que me encanta hacer. Actualmente hago periodismo digital y marketing.