A pesar de los esfuerzos conciliadores de la OSCE, los conflictos en Europa del Este siguen arraigados, y uno de los principales factores que ha permitido que se mantengan los conflictos latentes en la región ha sido la influencia rusa a través de su intervención militar, económica, política y diplomática.
Texto: Erika Martillo Naranjo
LA OSCE Y LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA DE EUROPA
En el escenario internacional actual, la seguridad se ha convertido en un tema prioritario entre los líderes mundiales y los jefes de Estado. El tema requiere un diálogo constante y el apoyo de los diferentes actores involucrados, ya que es necesario llegar a un consenso en la búsqueda de la paz y la seguridad global. Sin embargo, debido a la pluralidad de actores, las diferentes posiciones ideológicas y los diversos intereses geopolíticos, en ocasiones puede resultar difícil llegar a acuerdos.
El escenario geopolítico europeo y los cambios en su mapa político han sido configurados principalmente por dos bandos opuestos que permanecen en permanente disputa: por un lado, las fuerzas integracionistas y por otro, los esfuerzos separatistas de diversos movimientos nacionalistas. (Castaño, 2018)
Europa del Este, una región que engloba a países que anteriormente estaban bajo la influencia de la ex Unión Soviética, es una de las regiones que envuelven toda una gama de conflictos, generalmente con objetivos independentistas. Estos procesos han dejado, en particular, en las ex repúblicas soviéticas y el Cáucaso central, decenas de miles de muertos y millones de refugiados, así como desplazamientos masivos. Estas disputas, conocidas como “conflictos congelados”, por la falta de arreglo político, han afectado en gran medida a esta región, considerada un riesgo para la seguridad euroatlántica y, en general, para el mundo entero.
En este contexto y, con la perspectiva de lograr un espacio común de seguridad basado en valores compartidos, previniendo, gestionando y resolviendo conflictos en Europa y su entorno, se creó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE. Este organismo regional, con varias misiones desplegadas alrededor de las áreas de interés, es el más grande del mundo y se ha convertido en una institución sólida, similar a las Naciones Unidas. ((OSCE), n.d.)
A pesar de los esfuerzos conciliadores de la OSCE, los conflictos en Europa del Este siguen arraigados, y uno de los principales factores que ha permitido que se mantengan los conflictos latentes en la región ha sido la influencia rusa a través de su intervención militar, económica, política y diplomática. (AFP, 2019)
TRANSDNIESTRIA
Ahora bien, para centrarnos en un tema, dado lo basto de la problemática, citaremos al caso de Transdniestria (República de Moldavia Pridnestroviana) y al manejo de las negociaciones por parte de la OSCE. Esta provincia pro rusa se declaró independiente de Moldavia en 1990 y, aunque es reconocida por los otros tres estados postsoviéticos, no está oficialmente reconocida como un estado soberano en el contexto internacional.
Rusia, el territorio más extenso del mundo, se ha convertido en una potencia relevante en la geopolítica mundial, gravitando dentro de los principales problemas que preocupan a Europa y al mundo entero. Rusia también ha sido criticada por tratar de mantener su influencia política, económica y militar basada en sus intereses geopolíticos, particularmente en los estados que solían ser parte de la ex Unión Soviética.
La OSCE, se encarga de gestionar una solución política viable, así como de lograr la retirada de las armas rusas en la zona. (OSCE) Ha sido comúnmente citado como culpable de otorgar un papel importante a las fuerzas armadas rusas, que son una parte activa de las operaciones de mantenimiento de la paz en el territorio de las ex repúblicas soviéticas, fortaleciendo la influencia de Moscú en esta región. (De Waal & Von Twickel , 2020)
El conflicto entre la República pro europea de Moldavia y el territorio pro ruso de Transdniestria, al este de Moldavia, ha dado a Rusia la oportunidad de influir, tanto militar como económicamente en la zona, y así evitar que los territorios de la ex Unión Soviética abandonen el territorio ruso de su esfera de influencia. En esta área, la diplomacia rusa es muy destacada, buscando fortalecer las relaciones bilaterales amistosas con Chisinau. A lo largo de la historia del conflicto, el apoyo ruso para la resolución del conflicto no ha sido activo.
Si bien la prioridad de la política rusa es mantener su presencia e influencia militar en la zona, ni la Unión Europea ni Occidente en general han contribuido mucho a la resolución del conflicto. El poco interés en esta área no basta para poner en juego las inestables relaciones con Rusia, por lo que no se han establecido sanciones políticas o económicas como forma de presión.
Por su parte, Moldavia ha evitado un enfrentamiento directo con Rusia, e incluso ha aceptado la neutralidad de su gobierno dentro del conflicto (renunciando a su acceso a la OTAN) así como acordando no utilizar posturas anti rusas con otros estados de la ex Unión Soviética.
Con respecto a la OSCE, la falta de avances apreciables, la escalada de tensiones en la región entre actores y mediadores, y las preocupaciones por la pérdida de poder de los partidos gobernantes, han afectado su trabajo y podrían comprometer la voluntad política de intentar encontrar una solución. También ha habido trabas a las negociaciones, encaminadas a mantener privilegios y hegemonía en la toma de decisiones y mantener espacios para una negociación sesgada en beneficio de un dominio geopolítico.
Las negociaciones 5 + 2, por ejemplo, promovidas por la OSCE, tuvieron un efecto negativo involuntario en el control aduanero fronterizo entre Ucrania y Transdniestria. Sin embargo, han logrado una cierta independencia comercial del entorno ruso, incluso si mantiene una orientación significativa hacia la CEI. La aplicación del Acuerdo de Asociación entre Moldavia y la Unión Europea, vigente desde 2016, ha facilitado la exportación e importación de productos, incluidos los pertenecientes a empresas de Transdniestrian que se encuentran bajo las reglas determinadas en el acuerdo. La resolución de conflictos no se considera una prioridad en la actualidad, ya que el desarrollo nacional adquiere una mayor urgencia en los asuntos cotidianos.
Las complejidades de la mediación y gestión de conflictos implican para cualquier organismo internacional injerencias en los diálogos promovidos para la resolución pacífica de este conflicto. Como resultado, la OSCE debe navegar en una región intransigente y plagada de intereses políticos y económicos liderados por Rusia.
Por otro lado, la OSCE enfrenta la limitación de sus instrumentos, que fueron diseñados para responder a las realidades de la Guerra Fría, lo que dificulta enfrentar una realidad que ha evolucionado.
Por el lado de los derechos humanos, Transdniestria ha sido criticada por la falta de respeto a las libertades políticas y civiles. Los informes nacionales sobre prácticas de derechos humanos de 2020 del Departamento de Estado de EE. UU. Señalan la corrupción estructural como uno de los problemas más graves del país. Sin embargo, a esto se le suman otros, como la tortura de detenidos, el acoso y discriminación de minorías -colectivo LGBT, VIH positivo, etc.-, trabajo infantil, control de medios, etc. (BUREAU OF DEMOCRACY, HUMAN RIGHTS, AND LABOR, 2020)
POSIBLES SOLUCIONES
Es necesario repensar las prioridades dentro de la situación actual y evitar la instrumentalización de este conflicto en la política interna de los actores internacionales. Se debería utilizar sus relaciones bilaterales con EE. UU. Para alentar a la UE a asumir un papel más activo en el proceso de negociación, así como para apoyar la participación de la ONU como actor activo de las negociaciones, con la ayuda de la OSCE, por supuesto. En este contexto, se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Rusia como actor en el contexto internacional
Rusia seguirá ejerciendo influencia en la región, al menos hasta que Vladimir Putin esté en el poder. La presencia de la Unión Europea y Rusia en Moldavia continuará, por lo que es necesario evitar entrar en dinámicas de rivalidad permanente, ya que estas podrían dañar la estabilidad y fortaleza de sus instituciones en la zona. Los diálogos comunes son la única forma de resolver conflictos y consolidar relaciones seguras y pacíficas entre Estados. Los líderes europeos deben llamar a los líderes moldavos con mensajes de apoyo; esto servirá de señal a Moscú. Además, los líderes de Europa, en particular, la canciller alemana Angela Merkel, siendo la más cercana a Rusia de cualquier líder occidental, a pesar de la tensa relación con Putin, deberían intentar persuadir a Moscú de que haga a un lado las negociaciones en la zona y complete la retirada de las fuerzas armadas y el armamento ruso en el área.
2. Negociaciones del grupo 5 + 2
El impulso positivo alcanzado durante el año pasado, la visita de Ann Linde a Moldavia y Transnitria, y su reunión en febrero con Maia Sandu, Presidenta de Moldavia, y Vadím Krasnoselski, Presidente de la región, han mostrado signos positivos para la reactivación de las negociaciones. La voluntad actual debe servir para sembrar un entorno que genere confianza y fomente un verdadero diálogo entre ambas partes, para que el proceso avance hacia una solución. Es hora de realizar esfuerzos adicionales para restaurar su dinámica, considerando los siguientes aspectos: 1. Aumentar la capacidad de Chisinau y Tiraspol para entablar negociaciones significativas y constructivas. 2. Revisar la lista de actores clave en la negociación. 3. Retirada del grupo operativo ruso y destrucción de armas soviéticas.
Respecto al primer punto, los líderes y equipos negociadores de ambas partes padecen una falta de recursos logísticos y humanos, al mismo tiempo, no tienen capacidad para hacer propuestas o tomar decisiones que puedan llevar las negociaciones a un nuevo nivel. Se deben hacer esfuerzos para crear equipos especializados, con la ayuda de la OSCE y la ONU, en el campo de la formación, con el fin de preparar técnicos y especialistas capaces de asumir el liderazgo y control del proceso.
De esta manera, tendrán un papel de liderazgo en las negociaciones y minimizarán la importancia de Moscú. Rusia, como principal defensor de los separatistas, no puede desempeñar el papel de mediador imparcial.
El tercer punto, la ONU se ha mantenido alejada del conflicto, a pesar de un llamado de Moldavia a participar en las negociaciones 5 + 2 para llegar a un acuerdo sobre la retirada del ejército ruso del territorio moldavo. Se podría pensar en desplegar una misión de mantenimiento de la paz para reemplazar a las fuerzas rusas con el fin de ayudar a aliviar las tensiones en el área mediante la implementación de la desmilitarización de la región.
3. Refuerzo de la OSCE y profundización de la cooperación
Es necesario poner a disposición recursos materiales y personales para reforzar la gestión preventiva de crisis. Se debe persuadir a las partes interesadas de la importancia de la cooperación y coordinación entre diferentes organismos internacionales, en este caso es obligatorio involucrar a la ONU. Sin embargo, existen dificultades para atraer la atención de los responsables políticos si la crisis aún no ha atraído tanta atención. Proporcionar mayores recursos financieros y lograr una OSCE operativa, es el desafío. Transnistria constituye un gran desafío en el ámbito de la seguridad y la defensa de la UE ya que la región separatista es un agujero negro en el que las operaciones ilícitas son el orden diario; de ahí la importancia de ampliar el alcance de las misiones de las misiones de la OSCE, por ejemplo. Otra opción es apelar al hecho de que es probable que la administración Biden, en cuestiones globales, sea más cooperativa. Por lo tanto, este enfoque se puede utilizar para apoyar el trabajo en esta área.
OSCE: EFICACIA DE LOS ORGANISMOS REGIONALES EN RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Las OSCE es y seguirá siendo el marco idóneo para el tratamiento de procesos controvertido y, por lo tanto, ocupa un lugar relevante en el ámbito de la seguridad y sería injusto evaluarlo solamente por los fracasos o eventual ineficacia que pudo dejar al descubierto como cualquiera otra organización de nivel internacional.
En el caso de Transnitria, la proximidad geográfica de la Unión Europea y la OSCE facilitan el trabajo de tener un papel decisivo y más influyente en la resolución del conflicto, por lo que se recomienda seguir utilizándolo como plataforma para la gestión del conflicto. En este sentido, es necesario incrementar y mejorar la cooperación y coordinación entre la Unión Europea –Nato –OSCE y la Unión Europea –Estados Unidos –UN.
Es importante buscar consensos y lograr que la Asamblea General de las Naciones Unidas revise la Resolución A / RES / 72/282 (Asamblea General de Naciones Unidas, 2018) con el fin de concluir el retiro, de la zona de conflicto, de la Operativa Rusa. Grupo de Fuerzas y Armamentos. En este punto, deben intensificarse los contactos con las demás delegaciones para obtener el apoyo necesario.
En lo relacionado a la eficacia de los organismos regionales en resolución y/o manejo y gestión de conflictos, es imperante que se asegure que mantenga un mecanismo flexible, diverso, múltiple y adaptable a cualquier situación para que los esfuerzos puedan aunar voluntades, donde los intereses chocan, y se busca la desactivación del conflicto, garantizando la independencia e integridad de los Estados.
Es necesario actualizar la legislación y tratados para su aplicación en cada uno de las negociaciones, de acuerdo a las circunstancias y a los nuevos procedimientos de la diplomacia internacional, sin descuidar la permanente coordinación y colaboración de otros organismos internacionales, pues la unión hace la fuerza, permitiendo, además, una presencia continua en los países en crisis. Ningún organismo internacional arroja resultados favorables al cien por ciento. Por múltiples factores siempre habrá margen para el fracaso. Lo importante es perseverar y seguir contando con organismos, que se sumen a superar conflictos bélicos en el mundo y que procuren la convivencia pacífica en la población.
Seguimos difundiendo aquello en lo que creemos y por lo que siempre hemos luchado, los derechos del movimiento indígena, de las mujeres o warmis, de los grupos LGTBI, de los trabajadores y los derechos de cuidar a la naturaleza.
Múltiples voces, distintas ideas, pensamientos y miradas.