La decisión de la Alcaldesa de Guayaquil Cynthia Viteri de obstaculizar la misión humanitaria por la pandemia del COVID 19 de KLM e IBERIA, para regresar a los ciudadanos europeos a sus países, fue un error y una gravísima interferencia que puede ser observada y sancionada, no solo por las autoridades nacionales, sino por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y por la Unión Europea.
En el país desgraciadamente la autoridad está menguada, en octubre durante las violentas manifestaciones, el dirigente indígena de la CONAIE Jaime Vargas insultó procazmente al Presidente de la República, llamó a los militares a dar un Golpe de Estado, ordenó cerrar los pozos petroleros; si cualquier otro ciudadano decía lo mismo, seguro este momento estaría preso o en el manicomio; ahora Vargas, en campaña electoral, se pasea por todo el país y simplemente, no pasa nada.
Visto así, en este país cada quien puede hacer lo que le da la gana, sin correr ningún riesgo, seguro que no le pasará nada, mucho más si es “poderoso”.
Bien, decretada la emergencia nacional, en este caso por la pandemia del coronavirus, la autoridad máxima es el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional (COE-N) liderado por el Presidente de la República. Las decisiones que se toman en este organismo son de obligatorio cumplimiento en todo el país. No hay autoridad inferior que se oponga a las disposiciones emanadas por el COE-N.
En las provincias y cantones deben activar los respectivos COE por la pandemia del COVID-19
Si bien es cierto que las terminales de los aeropuertos son administradas por los municipios, la autoridad aeronáutica sobre el tráfico aéreo es el Director de la Aviación Civil, que depende del Ministerio de Transporte y OO.PP. Anteriormente la Dirección de Aviación Civil (DAC) estaba bajo la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y el Director era un General de la FAE.
La decisión de Cynthia Viteri Alcaldesa de Guayaquil, de obstaculizar el aterrizaje de dos aviones vacíos de KLM e IBERIA, provenientes de Europa, que llegaron para llevar pasajeros, fue un error y una gravísima interferencia que puede ser observada y sancionada, no solo por las autoridades nacionales, sino por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organización que es parte de la Naciones Unidas, que regula a la aviación civil del mundo entero y que el Ecuador es signatario, sus disposiciones son de cumplimiento obligatorio de los países miembros.
Algunas de las disposiciones emanadas por las diferentes autoridades y voceros del COE, en vez de ser orientadoras, más bien confunden, para evitar malos entendidos debe haber un solo vocero y las órdenes deben ser claras y ser difundidas por todos los medios.
Más allá de la intención de la autoridad municipal de precautelar la salud de los ciudadanos de Guayaquil, la decisión inconsulta tomada por la Alcaldesa fue muy grave. Por ningún motivo se puede negar el aterrizaje de una aeronave, se pone en riesgo la vida de pasajeros y tripulantes.
Pudo darse el caso que una aeronave estando en vuelo dentro de nuestro espacio aéreo, por alguna emergencia tenía que aterrizar en el aeropuerto de Guayaquil. La nave estaba impedida de hacerlo por los obstáculos que estaban en la pista, acción ordenada por la Alcaldesa Cynthia Viteri. En Quito y Guayaquil los aeropuertos son alternos para el tráfico aéreo internacionales.
Visto así, se corre el riesgo que la OACI, pueda sancionar al país, por una decisión inconsulta que ha sido tomada por la máxima autoridad de la ciudad.
En conclusión, los esfuerzos hechos para que el aeropuerto José Joaquín Olmedo, tenga la categoría que tiene, puede estar en peligro de ser sancionado por parte de la OACI, incluso sufrir un descenso de categoría.
Tengamos calma en las complejas circunstancias que estamos pasando en el país y en el mundo entero, las autoridades deben obrar con cabeza fría, tomar las decisiones debidamente consultadas y demostrar su liderazgo en estos graves momentos que vivimos.
Coronel del Estado Mayor, catedrático, escritor y analista.