A la protesta por las penas impuesta a los líderes del Procés, se sumaron los estudiantes, los trabajadores, las mujeres y las familias en varios días de huelga general. La respuesta del estado Español ha sido una represión desmesurada y el incremento de la violencia.
Catalunya sigue siendo, por mucho, uno de los grandes problemas de España, y viceversa. ¿Quién se hubiera imaginado que poner en prisión a líderes políticos podría desatar una ola de protestas? Aunque suene irónico, solo los políticos de turno esperaban que nada ocurriese después de arengar para el tratamiento judicial de los asuntos políticos.
Se preveía una utilización del tema catalán para el momento de las elecciones, pero parece que a Pedro Sánchez y a la derecha que no quiere mirar el problema de frente, si no es con armas, el tiro les ha salido por la culata. En el contexto global de protesta, los manifestantes en Catalunya han perdido el miedo, y eso, a un Estado no le conviene nunca.
A la protesta por las penas impuesta a los líderes del Procés, se sumaron los estudiantes, los trabajadores, las mujeres y las familias en varios días de huelga general. La respuesta del estado Español ha sido una represión desmesurada y el incremento de la violencia. Pasan los días y Catalunya sigue en la espera que España mire de frente el conflicto.
Seguimos difundiendo aquello en lo que creemos y por lo que siempre hemos luchado, los derechos del movimiento indígena, de las mujeres o warmis, de los grupos LGTBI, de los trabajadores y los derechos de cuidar a la naturaleza.
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