Los políticos ecuatorianos han abandonado la tarea de comunicarse directamente con el pueblo. Ahora apelan con desesperación a las nuevas tecnologías porque suponen que eso les hace populares, que a través de ellas el pueblo conocerá sus obras en Ecuador.
Marco Villarruel A.
Creen a pie juntillas aquello de que “si no estás en los medios, no estás”, y por eso invierten mucho dinero en contratar “community managers”, publicistas, especialistas en marketing, comunicadores sociales o periodistas a efectos de conseguir que miles de personas que están en el twitter, Facebook, Instagram, vean sus rostros, aplaudan sus discursos, se enternezcan con sus familias o con sus mascotas y se apresten a votar por ellos en las próximas elecciones. Pero que también les indiquen los gustos e inclinaciones. Como dice el columnista Lolo Echeverría, la política convirtió al pueblo en clientela.
Pero la excesiva exposición de los políticos hastía a lectores, radioyentes, televidentes o usuarios de las nuevas tecnologías, con lo que lo invertido muchas veces se diluye y tras sesudas campañas terminan perdiendo la elección o la reelección. Además la inmediatez de los acontecimientos hace que los mensajes desaparezcan tan rápido como vinieron. El dinero se hace humo, y para evitarlo las campañas tienen que ser largas y por tanto muy costosas.
El más grande proyecto comunicacional-político en la historia del país fue el llamado “Estado de propaganda” creado por una sofisticada maquinaria correista. Un informe de la Contraloría, conocido el 18 de mayo del 2019, dio a conocer que en este proyecto que duró diez años, el gobierno gastó 1 500 millones de dólares. Es decir, 150 millones cada 12 meses. Vinicio Alvarado, el Zar de la publicidad y propaganda correista, administró más de un millón de dólares provenientes de la empresa brasileña Odebrecht, según se conoció en el caso Arroz Verde.
Por su parte el ex alcalde Mauricio Rodas, desde el mes de enero hasta mayo del 2019, contrató publicidad por dos millones 200 mil dólares, para salvar su imagen y posicionarla lo mejor posible antes de su salida del Municipio. Era notoria su urgencia por aparecer todos los días en los medios inaugurando obras hechas a última hora. En la última cadena radial semanal, con entrevistas y cuestionarios preestablecidos, se esmeró para tratar de explicar lo que pudo haber hecho y no hizo.
Los tiempos que vienen son amenazadores. Ocho días antes de la posesión del alcalde Jorge Yunda aparecieron enormes vallas con la frase “Grande otra vez”, la misma de su campaña electoral que busca exaltar a la capital como Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad y “recuperar la institucionalidad, mejorar los servicios públicos y volver a tener el liderazgo”. Por lo menos el nuevo logo de Quito no le costó a la ciudad, al contrario de los enormes y controvertidos costos que en este rubro invirtieron los alcaldes Barrera y Rodas.
En la misma línea de gasto está la ex presidenta de la Asamblea, Elizabeth Cabezas, quien contrató a una empresa de comunicación a la que ofreció pagar 600 mil dólares “para que dé a conocer las actividades de la Asamblea”. Pero este organismo tiene 300 personas que laboran en actividades de comunicación, y no ha sido suficiente. “Es que no hay actores y no tenemos equipos para tomas submarinas”, declaró candorosamente la directora saliente.
De las enormes sumas que salen de los fondos públicos los más beneficiados son los medios de comunicación privados y las agencias de publicidad, que “pautan” muchos avisos en los medios a precios de promoción; ejecutan actividades materiales, como vallas, enormes pantallas digitales, actividades de relaciones públicas, investigación de mercado y opinión (Marketing social y político), manejan de manera creciente la comunicación digital, y organizan grandes eventos políticos, conmemorativos, y de rendición de cuentas.
El peso de los ingresos político-publicitarios es fundamental en la economía de los medios. El diario HOY, de Quito, desapareció en el 2014 por el boicot publicitario oficial y la persecución de la SUPERCOM. Más tarde la página ecuadorinmediato.com, muy beneficiada publicitariamente en el gobierno de Correa, inició su declive cuando el alcalde Mauricio Rodas de Quito dejó sin efecto un contrato entregado por el ex alcalde Augusto Barrera. Hoy está a punto de cerrar por el cese total de publicidad oficial.
Además del malgasto hay acusaciones de que algunos de los que disponían los gastos pecaban de narcisos. De agosto a noviembre del 2017, según una información publicada en @lahistoria.ec, el ex prefecto del Guayas, Jimmy Jairala, ordenó gastos por tres millones para difundir su imagen y las cosas que hace. Entonces estaba de candidato.
Se piensa que las campañas publicitarias ganan batallas políticas, aun cuando sean tan complejas como la del hacker Julián Assange. En este caso el Estado ecuatoriano gastó 144 177 dólares por servicios de asesoría comunicacional a las empresas Lee Brown, Nill Sookoo, y especialmente a McSquared (empresa ya complicada en hacer Relaciones Públicas para el gobierno ecuatoriano en el caso Chevron en territorio norteamericano, lo cual es penado por la ley norteamericana).
De su lado el ex Procurador Diego García ordenó el pago a la consultora Miren LLC la cantidad de 670 000 dólares para que le haga Relaciones Públicas, dizqué para contrarrestar la millonaria campaña de Chevron y su portal Juicio Crudo.
Del lado empresarial el mercado publicitario no político también es muy apetecido por los propietarios y ejecutivos de los canales de TV. Pero entre ellos la cosa no es pacífica de ninguna manera. Todavía están frescos los enfrentamientos entre TC TV y Ecuavisa por el mercado de las guías telefónicas. Ahora está el conflicto entre algunas televisoras tradicionales y el canal 5TV- 11TV G (TVC) de propiedad del grupo El Comercio, que a su vez es parte del emporio del “Fantasma” González. Ocurre que el gobierno del licenciado Moreno no ha podido hacer que se cumpla la ley y las resoluciones de Contraloría con respecto a la nulidad del concurso de concesión de frecuencias. Es obvio que grandes presiones mantienen en el aire a esta televisora y algunas frecuencias de radio. En el fondo está el mercado publicitario que sigue siendo muy productivo.
Lo cierto es que la política está siendo guiada por los grandes y costosos proyectos comunicacionales. La política la dirigen los que tienen dinero para los grandes proyectos comunicacionales. MV.
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