Desde hace tiempo se podía prever que los días de Maduro como presidente de Venezuela estaban contados, y la autoproclamación de Guaidó simplemente ha puesto a correr el reloj.
“Todo lo que termina, termina mal”. A. Calamaro
Ayer, 23 de enero en medio de una jornada de protestas, el diputado Juan Guaidó, un joven de 35 años, desconocido hasta hace poco tiempo, se declaró presidente interino de Venezuela y recibió inmediatamente el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En consecuencia, Nicolás Maduro rompió relaciones diplomáticas con Washington y ordenó la salida de los funcionarios norteamericanos en un plazo de 72 horas, quienes ya han desconocido esta orden y han dicho que permanecerán en Venezuela. Apegado a su retórica, Maduro denunció a Estados Unidos de estar detrás de un golpe de estado y rechazó la posible intervención de ese país en los asuntos internos de Venezuela[1].
Asimismo, se denuncia desde medios oficiales la usurpación de poderes y la violación del régimen constitucional en Venezuela[2]. Mientras tanto las protestas en Caracas se incrementaron y mucha gente salió a las calles en apoyo a Guaidó y otros en respaldo a Maduro con saldos de represión y violencia[3].
En estricto sentido, la autoproclamación de Guaidó como presidente interino es ilegal e ilegítima. No existe ningún mecanismo legal o similar previsto para este tipo de proclamaciones en las leyes venezolanas, y además de ello, ocurrió en medio de un mitin político con sus algunos de sus partidarios y sin la presencia de ninguno de los demás poderes públicos, incluyendo la Asamblea Nacional.
Sin embargo, esta declaración ha creado en el plano internacional un momentum, o una coyuntura crítica que abrió la puerta para que muchos países retiren el apoyo a Maduro y reconozcan como Jefe de Estado al mismo Guiadó, haciendo una presión mucho más fuerte que la que era posible en el pasado. Desde hace tiempo se podía prever que los días de Maduro como presidente de Venezuela estaban contados, y la autoproclamación de Guaidó simplemente ha puesto a correr el reloj.
A esta hora, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Paraguay, Perú, Ecuador, Guatemala, Francia y la Organización de Estados Americanos (OEA) también han reconocido a Guaidó como presidente de Venezuela. Maduro por su parte conserva el apoyo de los presidentes de Mexico (por ahora, según han aclarado autoridades mexicanas), Cuba y Bolivia.
Para especular sobre el desenlace de esta
crisis el rol de las Fuerzas Armadas (FANB) es fundamental para en horas que
siguen. Por el momento mantienen su apoyo incondicional a Maduro, según ha
ratificado el Ministro de Defensa, Vladimir Padrino[4].
Aunque esto podría cambiar en cualquier momento, sin tomar en cuenta la posible
intervención de fuerzas armadas extranjeras en caso de represión y guerra
civil. En pocas horas la OEA tendrá una sesión extraordinaria par tratar el
asunto de Venezuela, lo que tendrá efectos en la representación internacional
de Venezuela[5]. Queda
la duda de que lo que podría ocurrir si las fuerzas armadas mantienen el apoyo
a Maduro mientras la comunidad internacional reconoce como presidente al
opositor Guaidó.
[1] https://www.telesurtv.net/news/venezuela-nicolas-maduro-rompe-relaciones-diplomaticas-eeuu-20190123-0027.html
[2] https://www.telesurtv.net/news/guaido-presidente-venezuela-usurpacion-poderes-golpismo-eeuu-20190123-0020.html
[3] https://www.nytimes.com/2019/01/23/world/americas/venezuela-protests-guaido-maduro.html?module=inline
[4] https://www.rt.com/news/449545-venezuela-defense-minister-constitution/
[5] https://www.washingtonpost.com/world/the_americas/maduro-foe-claims-venezuela-presidency-amid-protests/2019/01/23/05842da8-1f6e-11e9-a759-2b8541bbbe20_story.html?noredirect=on&utm_term=.0010a0ef8a94
Doctor en Estado de Derecho y Gobernanza Global por la Universidad de Salamanca. Es psicólogo político y está interesado en el comportamiento político, tanto de la ciudadanía como de las élites. Actualmente también desempeña labores como asistente e investigador en Flacso España.
Quito, Ecuador