El 8M las mujeres, las warmis en Colombia hacemos un parón para hacer memoria de todo lo que han sufrido nuestras mujeres en todos los ámbitos y espacios de vida. Las nuevas generaciones tenemos un gran reto. Y es responder: que la mujer sí piensa, sí lidera, sí sueña, si ama, sí quiere. Pero además que las mujeres tenemos nuestra propia palabra, nuestra propia autonomía en todos los sentidos de la vida. Que las mujeres somos la vida y la resistencia para seguir tejiendo la palabra de fuerza para las nuevas generaciones.
Diana Jembuél Morales. Mujer Misak Periodista Indígena de Colombia
El 8M en Colombia y en el mundo es un día donde el dolor vuelve a sacar fuerza para dar a conocer al mundo entero que la vida se respeta y es sagrada. En donde se recuerda que las concepciones de vida tienen que romper el machismo y el patriarcado que nos han impuesto desde que iniciamos un ciclo de vida. En el que gritamos que la mujer sometida, sumisa y callada sí tiene valor. Eso fue lo que paso con nuestras maestras, madres y abuelas se repetía la historia de maltrato físico y psicológico.
Las nuevas generaciones tenemos un gran reto. Ese gran reto es responder: que la mujer sí piensa, sí lidera, sí sueña, si ama, sí quiere. Pero además tiene su propia palabra, su propia autonomía en todos los sentidos de la vida. Que la mujer es la vida y la resistencia para seguir tejiendo la palabra de fuerza para las nuevas generaciones.
Ahora caminamos, compartimos, soñamos en todos los procesos y espacios. Todo ello para seguir construyendo la unidad desde la historia que sí duele. Pero ese dolor hay que lograr convertirlo en fortalezas que sigan reivindicando la esperanza de vida de nuestra sociedad.
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Hoy no es solo un día de reconocimiento. El 8M de las warmis en Colombia es un día para seguir reivindicando las luchas de nuestras abuelas, tías, primas, maestras, etc.. Es un día para que todas esas mujeres que nos encontramos en diferentes espacios, nos volvamos a unir. Para que nos reencontremos desde nuestros pasos, voces, frases de vida. Rechazando tanta violencia a la que estamos sometidas en todos los sentidos. Gritando que eso tiene que cambiar para que realmente la mujer sea valorada y respetada.
Tenemos que encontrar espacios donde se rompa el silencio que muchas siguen guardando. Hay que volver a sacar fuerza y fortaleza. Porque somos mujeres de vida, de resistencia, de humildad desde la verdad, unidad y el liderazgo. Porque atrás vienen nuestras hijas, nuestras nietas, nuestras sobrinas, nuestras amigas. Pero además vienen hombres que realmente quieren el cambio, para que el machismo se acabe. Y así el espíritu de la sabiduría real pare la violencia.
Hay que seguir danzando, tejiendo, haciendo minga para que la mujer no sólo sea recordada hoy. Para que la mujer sea visible en todo los caminares de vida. Para que sea quien proteja y lidere la justa causa de la igualdad en el ejercicio efectivo de los derechos. Y para alcanzar la paz y el compromiso de unidad.
Seguimos difundiendo aquello en lo que creemos y por lo que siempre hemos luchado, los derechos del movimiento indígena, de las mujeres o warmis, de los grupos LGTBI, de los trabajadores y los derechos de cuidar a la naturaleza.
Múltiples voces, distintas ideas, pensamientos y miradas.